Tolo Jaume|PARÍS
Después de haber disputado tres finales consecutivas de Roland Garros, la cuarta no iba a alterar el discurso sereno de Rafael Nadal. El mallorquín, que acabó reconociendo a regañadientes que había disfrutado sobre la pista, se mostró satisfecho por haber jugado «casi perfecto» los dos primeros sets ante Novak Djokovic y expresó su felicidad por estar en condiciones de conseguir un nuevo título, algo que califica de «increíble». Nadal se confesó como el primer sorprendido por el «nivel» exhibido en las dos primeras mangas y reconoció haber «bajado un poco» en el tercer set: «He jugado con el que era el mejor del año y a la mínima que tienes un pequeño despiste o bajas el nivel lo puede aprovechar. He jugado un juego malo y después todo entraba más o menos en los planes de lo que podía pasar», explicó.
Al manacorí le costó reconocer que el juego desplegado le llevó a disfrutar en algunos momentos y abogó por preservar su mentalidad de jugar con la máxima intensidad cada pelota: «He estado pensando en el siguiente punto y pensando que era difícil que el partido cambiara con el ritmo que tenía. No exactamente disfrutando, pero jugaba sabiendo que estás jugando a un gran nivel y eso hace que estés satisfecho. Disfrutando, pero sabiendo que tenía que tirar hacia delante. Mi obsesión era no parar de tirar fuerte», analizó.
Nadal no comparte las dudas que ofrece Federer y confiesa que tampoco hace un análisis de las actuaciones del número uno. «Me gusta ver partidos, pero no hago un seguimiento de Federer. Lo miro porque es espectacular verle jugar, pero lo he visto jugar poco. Lo veo jugando muy bien y cuando se decía que estaba tan mal, yo no lo veía tan mal. Es humano y ha perdido encuentros que pueden entrar en los planes. Hace tiempo que no tiene un partido malo y ninguno que haya estado cerca de que se lo complicase». Acerca de la táctica a utilizar, Nadal, que dice tener asumida una posible derrota en la final como «parte del juego», considera que «el tenis es bastante simple y no se puede inventar mucho. Uno juega bien cuando hace bien lo que sabe hacer bien. Puedes meter cosas en tu juego o saber que te conviene en momentos puntuales para completar el estilo en el que te sientes cómodo».