Albert Orfila / Carlos Román
Fernando Pons Niza (Palma, 1964) tiene muchos motivos para sentirse orgulloso. Desde su despacho del ONO Estadi, el director deportivo del Mallorca ha asistido a una de las transformaciones más acentuadas que ha sufrido el equipo en los últimos tiempos. Ahora, mientras bucea en el mercado y planea la reforma de la plantilla, disfruta con la herencia que le ha dejado la temporada.
-¿Qué balance hace del curso?
-Hemos hecho una campaña de notable alto y si finalmente hubiéramos conseguido entrar en Europa, hubiera sido de sobresaliente. Aunque teníamos una plantilla más que digna, no había ninguna razón objetiva para pensar que tuviéramos que acabar entre los diez primeros. No podemos olvidar que tenemos uno de los presupuestos más bajos de la Liga, que estamos en los últimos puestos en cuanto a número de abonados, que somos el decimonoveno equipo en cuanto a asistencia media al estadio y que somos los que menos ayuda institucional recibimos. Es verdad que en la primera vuelta tuvimos oportunidades para meternos arriba, pero después sufrimos el bajón de diciembre y ahí se perdió un poquito el hilo de la Liga y cierto grado de confianza. En la segunda vuelta el equipo se soltó y jugó muy bien, por lo que la afición tiene razones para estar orgullosa.
-¿Alguna vez ha tenido la sensación de que el equipo rendía por debajo de sus posibilidades?
-Es verdad que tuvimos una mala racha entre diciembre y enero, pero también ha habido muy buenos momentos. A veces sí que he tenido la sensación de que se podía hacer algo más, pero en el último tramo de la Liga sentía que no nos podía ganar nadie. Le hemos sacado siete puntos al Almería, al que todo el mundo calificaba como la revelación. O no nos sabemos vender o no valoramos lo que hacemos.
-Desde la llegada de Grande se ha seguido una progresión ¿Se podrá dar otro salto de calidad?
-Está claro que intentaremos mantener la progresión, pero los jugadores se han revalorizado mucho, hasta el punto de que resulta muy complicado retener a algunos de ellos. Ser séptimos no significa que el año que viene tengamos que ir a la UEFA. Si pudiéramos mantener la portería, reforzar la defensa y conservar la creación y la definición, sería perfecto. Y aun así, no tendríamos nada garantizado. El mejor ejemplo es el Zaragoza.
-¿Hay que empezar de cero?
-Espero que no. El verano pasado se decía lo mismo y al final sólo vendimos a Jankovic. Eso nos permitió mantener el bloque y acabó con la necesidad de sacar jugadores al mercado. Ahora tenemos seis internacionales y aportamos tantos jugadores a la selección como el Madrid y dos más que el Atlético. Eso es un orgullo, pero también una preocupación.
-¿Qué nota se pondría?
-Prefiero no hacerlo, pero sí digo que estoy muy satisfecho con mi equipo. Soy muy exigente con ellos y su repuesta ha sido muy buena. Es gente con muchos conocimientos y muchas ganas de aportar cosas. Me siento muy respaldado por todos.
-¿Se siente a gusto trabajando al lado de Vicenç Grande?
-Los números están ahí y el club está muy bien organizado en todos los sentidos. Grande lo quiere saber todo, pero es capaz de delegar y de confiar en las personas que tiene a su alrededor. Y cuando alguien confía en ti, tú intentas corresponderle a base de trabajo. Mi renovación es un reconocimiento a la dirección deportiva.
-¿Ha contemplado la posibilidad de trabajar en otro club?
-He tenido posibilidades, pero no las he contemplado.
-El hecho de ser tan mallorquinista, ¿le afecta en su trabajo?
-Llevo diecisiete temporadas en el club y llega un momento en el que la profesionalidad se impone a la pasión del aficionado. Los domingos lo paso muy mal y no disfruto con los partidos del Mallorca. Debería solucionarlo. Los años en los que sufrimos para mantener la categoría te dejan bastante tocado, pero también he tenido grandes satisfacciones. Desde dentro, se sufre más con los malos momentos de lo que se disfruta con los buenos. Las alegrías son efímeras.
-¿Le influirá la venta del club?
-Mi trabajo es confeccionar la mejor plantilla posible y lo seguiré haciendo con total normalidad.
-¿Ha llegado a temer que la estabilidad que se ha conseguido en el banquillo se rompiera este verano con la marcha de Manzano?
-Manzano tiene el aval de los números y cuando le renovamos se pactaron una serie de condiciones y una cláusula por la que él podía cambiar de club en un momento determinado. Pero no temía por eso. Estoy convencido de que es un entrenador magnífico para el Mallorca y que entre el club y él existe una sintonía. Ha firmado unas cifras impolutas y aunque en su momento nos preocupó su posible marcha, sabemos que seguirá con nosotros y eso nos tranquiliza.
-¿Es el entrenador ideal para el Mallorca?
-Para el Mallorca de hoy, sí. Es un tipo muy normal y un gran técnico. Puedes hablar con él de cualquier cosa. Además, tiene una gran cualidad: en los malos momentos, es él quien nos anima a todos y eso se transmite en el vestuario.
-De la últimas operaciones que ha realizado, ¿hay alguna de la que se sienta especialmente orgulloso?
-Estoy especialmente satisfecho de la llegada de Borja. Creímos que tenía muchas posibilidades de desarrollar su juego en Primera y todo el departamento está muy contento. Esperamos que crezca aún más. Además, hay otros dos fichajes en los que había depositado grandes esperanzas, que son Webó y Castro. Porque fichar a Ibagaza era una apuesta segura.
-Todo el mundo da por hecho que Güiza dejará el club.
-Eso parece, aunque yo quiero verlo. No creo que sea fácil que venga alguien y pague los quince millones de euros de su cláusula. No tenemos por qué negociar con nadie. Lo que más se paga es el gol y él es un experto en eso. Tiene tres años más de contrato.
-Fernando Navarro ha dejado muy claro que quiere irse.
-Es un gran profesional y si dice que se quiere ir es porque le ha llegado una buena oferta. Nos comprometimos con él a que si una propuesta era buena para ambos se estudiaría. Somos un club tradicionalmente vendedor y no cortaremos la progresión de ningún jugador. De momento, sólo ha habido conversaciones informales.
-Arango también ha dejado la puerta abierta.
-Lo tiene muy mal y no quiero que se vaya de ninguna manera. Juegue bien o mal, asegura entre diez y quince goles por temporada. Aporta asistencias, juego aéreo, balón parado... Es muy completo y muy difícil de sustituir, un jugador capital para nosotros.
-¿Qué pasará con Moyà?
-Es un jugador en crecimiento y aunque muchos equipos se ha interesado por él, creo que se quedará con nosotros. Si alguien lo quiere, que pague lo que vale, porque no aceptaremos cambios de cromos.
-¿Qué necesita el nuevo proyecto?
-Tenemos que reforzar el centro del campo y mejorar el sistema defensivo, aunque nuestra idea es que Martí Crespí haga la pretemporada. También intentaremos mejorar otros puestos, pero eso irá en función de lo que vaya pasando durante el verano.