París ya espera a Nadal. El rey de la tierra regresa hoy a su ciudad talismán en busca de su cuarta Copa de los Mosqueteros. No obstante, el número dos del mundo se desplaza a suelo francés con las reservas que implican las molestias físicas que le sobrevinieron en la final del Masters Series de Hamburgo y aprovechará las horas previas al inicio de la competición para intensificar su puesta a punto sobre una arcilla parisina en la que nunca ha perdido.
El tricampeón de Roland Garros toma hoy el primer vuelo directo del día entre Palma y París para tomar contacto cuanto antes con las instalaciones del Bosque de Bolonia. Será el primero de los tres representantes mallorquines en llegar a la capital gala, puesto que Carlos Moyà llegará hoy por la tarde y Nuria Llagostera hará lo propio mañana.
Rafael Nadal viaja con el equipaje cargado de moral por su éxito más reciente, aunque precisamente de Hamburgo, donde estrecho el cerco sobre el número de Federer y salió ileso del agobio de Djokovic, también se trajo un dolor de cabeza: la microrrotura en la parte posterior del muslo derecho que hizo temer su continuidad en la final ante Federer. Los dolores han remitido sensiblemente, pero también han impedido que el manacorí pudiera ejercitarse al nivel deseado durante las apenas 72 horas que ha estado en Mallorca.
El número dos del mundo mantendrá las precauciones a la espera de conocer mañana a su primer rival y aumentará la carga de entrenamiento paulatinamente para garantizar su mejor irrupción posible en Roland Garros 2008. Es su cuarta participación y sus rivales ya descargan toda su presión sobre él, pero el mallorquín se mantendrá fiel a su filosofía de avanzar partido a partido. Dicha mentalidad es la que le ha permitido ganarse la condición de rey de la tierra en cuatro años en los que ha conseguido 122 victorias en 126 partidos.
Sólo Juan Carlos Ferrero ha conseguido doblegarle en tierra batida en 2008 y esta derrota en el Masters Series de Roma es su única mácula sobre arcilla en la presente temporada, en la que ha conseguido quince victorias en dieciséis encuentros para confirmar su posición hegemónica entre los especialistas sobre polvo de ladrillo. Y es que desde su salto al primer plano en 2005 el manacorí sólo ha perdido cuatro encuentros sobre el denominado polvo de ladrillo y dos de ellos -ante Gaudio en Buenos Aires y Andreev en Valencia- son precisamente de su primer año entre la élite. A continuación pulverizó el récord de Guillermo Vilas de triunfos sobre tierra batida para dejarlo en 81. Federer se encargó de detenerle en 2007 en Hamburgo, donde los triunfos sobre Djokovic en la semifinal y el suizo en la gran final de este año ponen de relieve que Nadal llega en un buen momento de preparación siempre y cuando la pierna le responda.