El automovilismo balear pide un cambio. Después de que varias escuderías (TR Balear, Quelmi Team, Mallorca Competició, Karting Palma, Circuit y Serra de Tramuntana) se desmarcaran formando la Federación Balear de Escuderías de Automovilismo (FBEA), el resto de las responsables de organizar pruebas del calendario mallorquín (Slick Quemado, Manacor Da-li Gas, Mitja Illa y Quin Batre) parecen haber agotado su paciencia hacia la gestión de la Federación Balear de Automovilismo, siendo la Escudería Drach la única que no ha hecho público su malestar. De hecho, se ha convocado a una reunión a todas las escuderías y pilotos de Mallorca para el próximo miércoles, en la que se estudiará la posibilidad de iniciar un parón en la organización de carreras y la posibilidad de llevar a cabo movilizaciones de cara a las instituciones para protestar por el funcionamiento de la FBA, incidiendo especialmente en los nuevos reglamentos aprobados por la Asamblea y en aspectos como las licencias autonómicas y puntos referentes a la seguridad como la no obligatoriedad del Hans. «Llevamos tres años organizando carreras con ellos, pero no se nos ha informado de los cambios en las licencias (ya no hay doble licencia, balear y nacional) y en los reglamentos hasta finales de abril. Se han dejado de organizar carreras y todo eso afecta a oficiales y organizadores, además de a los pilotos», comentaba el presidente de la Peña Automovilística Slick Quemado, Ramón Cádiz, quien confirmó las intenciones de un grupo que trabaja para organizar pruebas a través de la Federación Española y con el permiso de la Conselleria d'Interior, «funcionando al margen de la balear». Para ello, ya iniciaron contactos con el Govern, aunque esperarán a conocer el punto de vista de las partes para tomar decisiones drásticas.
Cabe recordar que el Comité Balear de Disciplina Esportiva castigó con inhabilitación a perpetuidad al presidente de la FBA, Massimo Biella, pese a lo cual ha seguido ocupando el cargo, pese a que ni el Govern ni el CSD ni la Española le reconocen.
Su vicepresidente, Bartomeu Vicens, ha recibido una doble propuesta de inhabilitación por espacio de cuatro años, por no asumir el mando y permitir a Biella hacerlo tras notificarse su sanción, un castigo que se extenderá hacia la junta directiva.