El día G ha llegado. Aunque Son Moix se inclinará esta noche en dirección al viejo continente, también habrá un espacio notable para que Güiza presuma de Pichichi. Por primera vez en lo que llevamos de temporada, el jerezano lucirá sobre la alfombra del ONO Estadi su condición de máximo goleador del campeonato de Liga y tratará de blindarla ante el acoso del sevillista Luis Fabiano. No será fácil, o al menos eso es lo que denuncian sus números más actuales. ¿El motivo? Sólo seis de los veinticuatro tantos que llenan su tarjeta se han elaborado en Palma.
El '14' del Mallorca llega al partido en el mejor momento de su carrera deportiva. Nunca antes, ni siquiera en las categorías de rango menor, había cruzado este punto kilométrico de la temporada con la mochila tan llena. Y eso le ha elevado la moral a unos niveles desconocidos. El andaluz, que también es el tercer clasificado en la pelea por la Bota de Oro continental, va lanzado a por un trofeo que multiplicaría su caché y que protegería su plaza en la Eurocopa de Austria y Suiza.
Aunque parece evidente que a Güiza se le da mucho mejor anotar como visitante, su racha merece un marco gigantesco. Acumula siete dianas en los cuatro últimos partidos y nueve en los últimos seis. De cine.
El partido de Bilbao le ha refrendado como el artillero más efectivo del fútbol español. Mató al Athletic con un par de fogonazos y adelantó a su enemigo número uno, al que ha recortado un montón de terreno en los últimos compromisos. Luis Fabiano lleva atascado un mes y medio y además de engarzar cuatro jornadas de sequía, sólo le ha puesto su firma a una diana en siete partidos. Mientras el rojillo sube, el hispalense se hunde.
En su nuevo y solitario camino, Güiza cuenta con la complicidad de todo el club y su entorno. Sus compañeros de vestuario están plenamente implicados en la travesía hacia el Pichichi y la afición está deseando endulzar este plácido final de ejercicio con un galardón que todavía no figura en los libros de historia de la entidad. Y está más al alcance que nunca. Al margen del encuentro de hoy, tendrá todavía dos oportunidades para engordar las cifras. El domingo, en un escaparate perfecto como el del Camp Nou, volverá a probarse ante la defensa del Barcelona y una semana más tarde despedirá la campaña en casa ante el Zaragoza, que será también uno de los encuentros más especiales de este epílogo. La afición isleña ha empezado a prepararse para su adiós y, salvo sorpresa mayúscula, será la última vez que vista de rojo en partido oficial. Valencia, Roma, Udinese, Sampdoria, Portsmouth... La lista de pretendientes es interminable y su cláusula de rescisión (15 millones de euros), uno de los mayores chollos del mercado futbolístico que se abrirá en breve. Afortunadamente, la grada isleña tiene ciento ochenta minutos por delante para disfrutar de su pólvora en Palma antes de que cristalice su marcha y emprenda el vuelo.