«En un partido normal podemos servir 250 unidades entre hamburguesas, perritos y palmeras. Hay doce mesas, así que haz cuentas» manifestaba Xisca, una de las camareras que sirven este tipo de productos en uno de los doce carritos situados en lo largo y ancho del ONO Estadi.
Y es que un partido de fútbol no son sólo 22 jugadores corriendo tras un balón y otros tanto en el banquillo, hay mucho más detrás del telón, tanto que haciendo números y visitando departamentos, las cifras indican que el club moviliza a cerca de 400 personas para que nada falle y todo esté bajo control. El porcentaje más elevado de esfuerzos está destinado a la seguridad y a la vigilancia. 110 voluntarios se encargan de acomodar a los aficionados, 50 controlan los tornos, 35 efectivos de Trablisa se encargan de la seguridad privada, la Policía Local destina 14 efectivos y la Policía Nacional un número muy elevado, pero que no se facilita por motivos de seguridad. Bomberos, mínimo cuatro y ocho sanitarios completan este operativo.
Pero la Policía Nacional, a través de la UPR (Unidad de Intervención y Reacción), tiene cada rincón del estadio vigilado. A través de las 90 cámaras estratégicamente situadas, el equipo de profesionales dirigido por el Inspector Jefe Santafé, siguen cada movimiento sospechoso dentro y fuera del campo, evalúan comportamientos, comprueban si uno es sospechoso de haber cometido algún delito y actúan cuando la situación lo requiere. Las cámaras graban todo lo que ven, hasta cuando uno enciende un cigarrillo. Santafé tiene mucha experiencia en seguridad en partidos de fútbol, de hecho estuvo de máximo responsable de la delegación española en el Mundial de Alemania. Pero no sólo la seguridad es un asunto capital en el engranaje del Mallorca. Sin embargo, sí es uno de los principales temas que lleva en cartera Toni Planas 'Tatxa', un hombre fundamental en la organización de un partido por su experiencia, conocimientos y capacidad para organizar y resolver los problemas que puedan presentarse.
Desde el departamento de taquillas, su máximo responsable, Pep Calvo dirige y coordina a 17 taquilleros, 50 personas que vigilan los tornos y seis más que deben colocar y quitar la publicidad antes del partido y en el descanso. Àngel es el agente de Trablisa que se sitúa en la puerta cero y coordina la entrada principal. Tiene experiencia, talante y carácter suficiente para llevar a cabo una labor difícil ya que él es el primer control y debe ordenar a cientos de vehículos, aficionados, periodistas y personal de otros servicios. En el palco presidencial el trabajo no puede improvisarse. Autoridades e invitados deben recibir un trato exquisito y de eso se encargan Maties Rebassa y Aurora Sampol, que capitanean el grupo de azafatas acomodan y dirigen a los doscientos vip's que, como mínimo, ven el partido desde la zona más noble del estadio. Medio centenar de metros por encima, la empresa Palcos Mallorquines coordina los servicios que se ofrecen en los recintos especiales para empresas. Son 33 palcos y casi 30 azafatas que se encargan de acomodar a los 350 aficionados que ven el campo desde esa zona del campo.