Barcelona 0
Manchester United 0
BARCELONA: Valdés; Zambrotta, Gabi Milito, Márquez, Abidal, Touré Yaya, Xavi, Deco, Messi, Iniesta y Etoo.
Cambios: Bojan por Messi y Henry por Deco.
MANCHESTER UNITED: Van der Sar; Hargreaves, Ferdinand, Brown, Evra, Scholes, Carrick, Cristiano Ronaldo, Park, Tévez y Rooney.
Cambios: Nani por Rooney y Giggs por Tévez.
Àrbitro: Massimo Busacca (SUI). Mostró cartulina amarilla al local Rafa Márquez (minuto 44) y al visitante Hargreaves (min.73). Estuvo regular.
Fue discutido en algunas acciones puntuales.
Ginés MuñozBARCELONA
El Barcelona se jugará en Old Trafford su pase a la final de la Liga de Campeones después de que ayer no pudiera marcarle ningún gol (0-0) al Manchester United, al que dominó de principio a fin hasta convertirlo en un equipo vulgar, temeroso y superado por los acontecimientos.
En uno de los mejores partidos de los azulgrana esta temporada, el conjunto de Rijkaard quiso enviar un mensaje a quienes le daban por muerto y recordarles que la temporada aún no ha acabado, que el Manchester, de favorito nada, y que la Champions aún no tiene dueño. Y eso que el encuentro podía haber empezado de forma trágica para los hombres de Rijkaard, cuando a los dos minutos de juego -en la primera aproximación visitante al área de Valdés- el argentino Gabriel Milito cometió penalti por unas absurdas manos en el área.
Sin embargo, el indolente Cristiano Ronaldo envió el balón fuera, y el error del punta del Manchester fue lo mejor que le pudo pasar al Barça, que logró darse cuenta de golpe de que el equipo de Alex Ferguson está formado por futbolistas de carne y hueso y que incluso su estrella también es humana. El Barcelona respiró hondo, ahuyentó sus miedos y se puso a jugar, liderado por Messi. Impuso un ritmo infernal en la presión, ahogó la salida del balón de su rival y se adueñó del esférico de una forma insultante. Durante esta primera media hora, el Barcelona demostró que creía por fin en él y, lo que es más importante, invitó a creer al público del Camp Nou, que no dejó de animar a los suyos en cada robo de balón, en cada combinación, en cada llegada al área. El problema del Barça fue que no culminó nada de lo que intentó. Por más que puso en apuros a la defensa británica, que debió multiplicarse en cada jugada e incluso necesitó de la ayuda de Rooney y Tévez para achicar balones, no logró traducir en gol, ni siquiera en una oportunidad de verdadero peligro, ninguna de sus acciones en esta loca y movida primera mitad.
De haber afinado un poco más en el último pase, en la definición, el Manchester podía haber quedado ya sentenciado en la primera mitad, pero la falta de concreción en los metros finales le permitió salir vivo de esa primera media hora frenética. Y así, unos minutos antes del descanso, los ingleses se fueron desperezando hasta lograr deshacerse sensiblemente del asedio de su rival, pisar algo el campo contrario y probar fortuna en un par de jugadas de Cristiano Ronaldo que acabaron en nada.
El guión del partido cambió poco tras la reanudación. Si acaso, que el Barça jugó algo menos revolucionado y todavía más suelto, lo que le permitió llegar con más claridad a la meta contraria. Varios remates de Xavi pusieron a prueba a Van der Sar y Etoo a punto estuvo de inaugurar el marcador. El Manchester dio el susto con una jugada de Carrick. Cada vez más rácano y especulador, el conjunto de Ferguson logró salir vivo de la cita, porque un Messi fundido se fue muy pronto del campo, porque Etoo no hizo de Etoo y porque a Henry le faltó puntería.