Santiago Aparicio|GETAFE
El Osasuna rentabilizó la distracción que absorbe al Getafe, invadido por la notoriedad de los compromisos que le esperan, el Bayern en la Copa de la UEFA y el Valencia en la del Rey, y despreció la posibilidad de dejar apuntillada la permanencia a la que se aproxima el conjunto navarro con los tres puntos sacados del Coliseum, donde nunca había ganado.
A pesar de la insistencia de su técnico, Laudrup, el Getafe dio la sensación de pretender atravesar la trigésima jornada de puntillas. Como un trámite incrustado en el calendario ensombrecido por compromisos de mayor enjundia que tienen encandilada a la afición y a los propios jugadores. Múnich, el próximo jueves, es la primera estación. Más allá figura la final de Copa, una fecha que, el subconsciente de cada jugador aguarda con cierto ansia.