Es posible que Carlos Cherry no imaginara disfrutar de una mañana como la de ayer. Coreado por su hinchada desde el calentamiento, el base sevillano es un tipo simpático, divertido, pero poco más. Tuvo que marcharse a Bulgaria porque no encontraba cobijo en la ACB y su juego hasta ahora detectaba más problemas que virtudes. Por eso verle dar pases por la espalda, firmar una tarjeta de 15 puntos y 5 asistencias, sorprende. Y es que apenas tuvo oposición, porque el Menorca presentó una defensa tan blanda que invitó al lucimiento de jugadores con un papel residual en el Granada. Como Vidaurreta, que se fue hasta los 11 puntos. El grupo de Casas ofreció su peor perfil, el que encaja las derrotas como quien masca chicle. Le bastó al equipo de Valdeolmillos con tirar de Pecile para soplar el castillo de naipes del ViveMenorca, que ha dejado de pensar en el año que viene y empieza a mirar hacia abajo (94-76).
Y eso que Marinovic abrió la cita tal y como cerró la de la primera vuelta, con un triple galáctico. El base serbio lanzó al Menorca en el inicio y el parcial de 0-7 de entrada obligó a Valdeolmillos a rastrear el banco en busca de soluciones. Puso sobre la arena a Page y Vidaurreta, y el Granada mejoró. Con todo, fue Pecile el encargado de darle la vuelta al calcetín. El escolta italiano convirtió el partido en un concurso de triples y desde sus puntos resucitó el grupo local (10-13). Varda, Shirley e Ivanov cargaban bien el rebote de ataque, Marinovic iba creciendo y el ViveMenorca se sentía cómodo, pero su defensa era una broma de mal gusto. Los andaluces finiquitaron el primer parcial con 29 puntos, producto del talento de Pecile y del genio de Cherry, que le dio un revolcón al encuentro en un abrir y cerrar de ojos (29-25, primer cuarto).
El Granada amenazaba con rajar el choque, porque encontraba muchas vías en ataque y porque empezó a abrochar su defensa. Page hacía mucho daño con su versatilidad y Pecile era un cuchillo. Varda y Shirley ya no tenían alimento y los de Valdeolmillos dieron un arreón (39-30). Casas dispuso una zona para intentar cerrar la herida y el Granada se incomodó. Además, Moss y Shirley volvieron a escena en ataque y todo se ajustó (44-40). Pero sólo fue una solución de urgencia, porque los nazaríes le volvieron a dar al interruptor gracias a Udrih y a Page, intratable ayer (49-42, descanso).
El ViveMenorca volvió al encuentro gracias a su juego interior, que seguía generando recursos en ataque. Varda siempre podía con Bradley y Stojic se dejó ver. Eso mejoró el aspecto del equipo de Casas, justo hasta que Page volvió a aparecer por el partido (62-54). El pistolero de Wisconsin acribilló la defensa del Menorca, que empezó a laguidecer (69-62, tercer cuarto).
Stefanov erraba todo lo que tiraba, no había noticias de los interiores y se sucedían las pérdidas. Con ese escenario el Menorca iba perdiendo presencia en el partido, que se escapaba (76-66). El último trayecto del encuentro fue un intercambio de canastas, y en ese pim, pam, pum siempre salió perdiendo el grupo de Casas. El peor equipo del 2008 había detenido el sueño de la permanencia.