Alfonso Gil|VALENCIA
El enésimo ejercicio de impotencia del Valencia ante su afición y la convicción del Deportivo en sus opciones a pesar de ir por detrás en el marcador propiciaron un empate en Mestalla, en un partido en el que los locales fueron de más a menos y el Deportivo alivió su situación con el punto logrado.
El Valencia no da una alegría a su público ni cuando se pone por delante en el marcador con buen fútbol, dos goles y ante un rival de la zona baja de la tabla, mientras que el Deportivo tuvo fe en sí mismo y antes del descanso ya había equilibrado un marcador que parecía encaminado a la goleada.
El partido tuvo dos fases, una primera con acciones ofensivas y tantos, pero también con muchos errores defensivos y una segunda en la que el monólogo del Valencia con el balón en su poder nunca se transformó en opciones claras de gol ante la meta de Aouate. La primera mitad estuvo marcada por el protagonismo del gol con cuatro tantos en 45 minutos, reflejo todos ellos del buen partido realizado por ambos conjuntos en ataque y por las muchas deficiencias que mostraron en defensa.
El partido fue tras el descanso muy diferente al del primer tiempo, pero muy parecido al de otras tardes de fútbol en Mestalla, con un Valencia volcado sobre la meta de Aouate, pero con muchos problemas para crear ocasiones de peligro.