Miquel Alzamora
Mañana se abre el segundo plazo de fichajes en Europa y el Real Mallorca ha recurrido siempre al mercado de invierno desde que retornó la temporada 97/98 a Primera División.
El club balear acude de forma habitual a la segunda oportunidad que da la legislación para reforzar las plantillas. Sin embargo, no siempre ha acertado, de hecho se ha demostrado que gran parte de los futbolistas llegados con el frío invernal han pasado sin pena ni gloria. Milijas, Pineda, Àngel, Moya, Okubo, De los Santos, Romeo y Braulio son algunos de ellos.
En otros casos sí se ha acertado caso de Iván Rocha, Ezquerro, Losada, Etoo, Pereyra o Nunes. Pero el fútbol es un juego de aciertos y desaciertos y no sólo en los terrenos de juego, también en los despachos, de ahí que el club quiera ir con pies de plomo antes de realizar cualquier operación que no le asegure aumentar el nivel de calidad y evitar una inversión inútil. Siguiendo estos parámetros ya la temporada pasada no se fichó a nadie de renombre -llegó Trejo como proyecto de futuro- y este año todo está pendiente, de momento, del partido de Copa que jugará el Mallorca contra Osasuna el próximo miércoles y del de Liga del sábado cinco contra el Barcelona. Si suena la campana y el equipo balear consigue remontar el dos a cero ante el combinado navarro, lo más seguro es que sí se refuerce al equipo. En caso contrario el conjunto rojillo se quedará únicamente compitiendo en el campeonato regular, y en este caso lo más probable es que el plantel no sufra ninguna modificación y por lo tanto no se fichará a nadie.
La baja prolongada de Dorado ha motivado que el lateral izquierdo del equipo se quede sólo en poder de Fernando Navarro. La nula competencia del lateral zurdo catalán y los posibles problemas que se vayan sucediendo por culpa de lesiones o sanciones dejan esa parte excesivamente huérfana y de ahí que el entrenador y el director deportivo, Nando Pons, valoren durante esta semana qué pasos seguir al respecto.