Nunes sigue reforzando los argumentos de su defensa. El central portugués, que el pasado domingo se convirtió en el octavo futbolista del Mallorca expulsado en lo que va de temporada, todavía no da crédito a lo sucedido. Asegura que a lo largo de su carrera nunca le había pasado nada parecido y que lo último que haría sería dirigirse en términos injuriosos a uno de los componentes del cuadro arbitral. El luso conocerá hoy la sanción que le aplica el Comité de Competición, pero es consciente de que lo reflejado en el acta del encuentro por Rubinos Pérez le puede costar muy caro. «Sé que en el club están estudiando las imágenes de cara a un posible recurso, pero es complicado que prospere porque es la palabra del árbitro contra la mía, que no vale nada», alega.
Nunes era ayer el centro de todas las miradas. El futbolista trabajó junto al resto de sus compañeros en la ciudad deportiva de Son Bibiloni y durante la sesión dialogó a título individual con Gregorio Manzano para aclarar los motivos de la expulsión, que repitió después en la sala de prensa: «He estado hablando con el míster porque mañana (hoy) se anuncia la sanción y me pueden caer uno, dos o tres partidos. Lógicamente, espero que sea sólo uno. Tengo una costumbre, mala, pero que no puedo evitar. Hablo en portugués cuando me cabreo y siempre digo: puta que parió. El asistente estaba a veinte metros de mí. Me había llamado la atención dos veces equivocadamente y no le gustó. No sé si me entendió mal o qué pasó. Y si estuviera cerca, vale, pero no era así. No creo que fuera un insulto, pero ya está, no puedo hacer nada», apuntaba.
El portugués abundó en sus explicaciones y señaló que «no hablé con el árbitro y tampoco quiero justificarme, porque no soy ningún santo. Pero en los años que llevo jugando al fútbol nunca me habían echado por decirle nada a un árbitro. No soy distinto a los demás y un día puedo pegarle un puñetazo a alguien. El día que lo haga prometo que pediré perdón, pero ahora no puedo hacerlo porque no he hecho nada. Sé lo que es jugar con diez y que mis compañeros tuvieron que hacer un esfuerzo tremendo», añadía. «El asistente llamó al árbitro, le dijo algo y me expulsó señalando que le había dedicado palabras injuriosas hacia el juez de línea. Le dije que no, pero ya no quería hablar conmigo y lo entiendo. Ahora sólo me queda esperar. En mi carrera, creo que sólo me han expulsado una vez y no recuerdo si fue con roja directa. Era muy joven».