Fernando Fernández
Madrid es la siguiente escala y el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, el mejor intermediario. La lucha por obtener medios y ayudas para poner en marcha su proyecto llevará al Mateu Cañellas y Gabriel Gili a tocar a la puerta del Consejo Superior de Deportes (CSD). El conseller d'Esports i Joventut y el director general d'Esports del Govern tienen previsto desplazarse mañana hasta la capital de España con una cita clave en su agenda. La reunión de carácter oficial que tienen previsto mantener con Jaime Lissavetzky, la primera de la presente legislatura, pretende recuperar la buena sintonía entre ambas entidades, quebrada durante la anterior legislatura tras una serie de desencuentros que llevaron a dejar fuera de juego a las Islas.
La embajada balear ante el Consejo Superior de Deportes se completará, si su agenda lo permite, con el conseller de Presidència, Albert Moragues, quien a nivel de partido (PSOE) puede ejercer de nexo a la hora de afrontar al Gobierno central en el arranque de una nueva etapa institucional que pretende dejar atrás la tensión mostrada con los anteriores inquilinos del Consolat de Mar, que mostraron hostilidad hacia Lissavetzky y su equipo de trabajo.
Propuestas
En la agenda de Cañellas y Gili figura un punto principal que se espera tratar de manera especial. El capítulo de infraestructuras, con la intención de abarcar en su petición a todas las Islas, se planteará a Lissavetzky, con la idea de luchar por obtener una ayuda por parte de Madrid en vistas a poder llevar a cabo distintos proyectos a nivel de instalaciones en todo el archipiélago, siempre en función de la partida presupuestaria de la que pueda disponer el Consejo Superior de Deportes de cara al año 2008. El desarrollo de algunas obras y la puesta en marcha de nuevas se pondría sobre la mesa a la hora de solicitar al secretario de Estado para el Deporte la implicación necesaria para dotar a Balears de las infraestructuras necesarias a nivel deportivo.
Pero los representantes del Govern plantearán a Jaime Lissavetzky otros asuntos de calado institucional más allá del área de infraestructuras. El estado de las relaciones y los distintos proyectos que de manera conjunta se desarrollan en Balears, inevitablemente el Palma Arena es uno de ellos, estarán en boca de los presentes, sin dejar de lado la posibilidad de plantear la organización o solicitud de algunos eventos deportivos de primer nivel. Uno de los asuntos más recurrentes en los encuentros que en los últimos años mantuvieron Govern y Consejo Superior de Deportes, además del citado multiusos y su polémica financiación, fue el reconocimento del trote a escala nacional, y a la vez de la Federación Balear como nacional y representante a nivel internacional de España dentro esta modalidad y en lo que a competiciones se refiere, siempre con las apuestas hípicas como improvisado telón de fondo.