Treinta y seis días después regresó a Palma Hugo Ramón tras superar un auténtico calvario en su segunda participación en la Mini Transat. El regatista del Real Club Náutico de Palma aterrizó ayer en el aeropuerto de Son Sant Joan para reencontrarse con los suyos después de un largo viaje procedente de la ciudad brasileña de Salvador de Bahía con un breve paréntesis en Barcelona, donde aprovechó la oportunidad para asistir al Salón Náutico que se ha desarrollado en la Ciudad Condal.
Con rostro cansado pero algo recuperado de la dureza de una travesía sólo apta para los regatistas más duros, Hugo Ramón llegó a Ciutat para reponer parte de las fuerzas que se lan quedado en el Atlántico. Y es que cabe resaltar que el regatista mallorquín tuvo que superar innumerables problemas para completar su segunda Mini Transat y afianzar su progresión en la cita.
Tenía previsto aterrizar en la capital balear alrededor de las 22:00, pero unos problemas con el billete motivaron que el deportista isleño pisara suelo mallorquín superadas las 23:15. Para sus familiares y allegados ya no era mucho esperar después de más de un mes sin Hugo. Cuando llegó fue recibido con aplausos por los presentes en unos pasillos casi vacíos del aeródromo palmesano.
Los problemas que ha tenido que superar echarían hacia atrás a cualquiera, pero Hugo Ramón tiene claras las reglas que fija el mar y a buen seguro que dentro de muy poco empezará a pensar en una próxima edición de la Mini Transat. Ahora tendrá tiempo para descansar y también para agradecer en persona todo el respaldo que ha tenido cuando las cosas pintaban mal. Sin embargo, seguro que también tendrá la oportunidad de compartir una experiencia muy dura.
Y es que cabe destacar que estuvo cinco días en fuera de juego, navegó 2.600 millas en solitario alejado de la flota y cerró su participación tras acumular demasiados días sin tener contacto con nadie. Pese a todo llegó y evitó el farolillo rojo casi en la línea de llegada cuando todo parecía perdido.