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Baloncesto

El Menorca naufraga en la pintura

El grupo de Casas claudica en el Nou Congost y estrena el curso con una derrota fraguada tras el descanso

RICOH MANRESA 87 VIVEMENORCA 79RICOH MANRESA (19+24+22+22): Rafa Martínez (10), Rodríguez (4), Asselin (19), Rubio (4), Walsh (21) "cinco inicial", Grimau (5), Berni Hernández, Sánchez, Callahan (6), Alzamora (9) y Espil (9).

VIVEMENORCA (22+18+18+21): Moss (18), Ivanov (15), Marinovic (12), Tusek (10), Bazdaric (10) "cinco inicial", Cazorla (5), J.Fernández, Doblas, Stojic (7) y Mendiburu (2).

Àrbitros: Hierrezuelo, Araña y Jiménez.
Parciales: 19-22, 43-40 (descanso), 65-58, 87-79 (final).
Lluís Orfila |MANRESA
Mal debut del tercer proyecto ACB. El ViveMenorca, en una cancha propicia sobre el papel, no pudo estrenarse con triunfo, ante un Ricoh Manresa cuyos precedentes previos indicaban que jamás había sido capaz de doblegar a los isleños en sus confrontaciones en la máxima categoría, pero que ayer no sólo fracturó la citada estadística, si no que encima dejó en evidencia muchas de las carencias de un equipo falto de alma en defensa y desequilibrado en labores ofensivas. Mucho deberá mejorar el conjunto de Ricard Casas si realmente aspira a eludir penurias pretéritas.

Ayer, un aceptable primer cuarto no tuvo continuidad en los posteriores parciales. De inicio, la fulgurante salida manresana (6-0), halló rápida réplica menorquina desde el perímetro "tres triples casi consecutivos para un 8-9-. El principal problema isleño se apreciaba en la pintura, padeciendo en el rebote (2 a 10 en contra en los primeros 10 minutos) y permitiendo fáciles encestes a los rivales. La entrada de Stojic, que se destapó con una extraordinaria jugada al poco de pisar el parquet, ubicó la máxima renta del Menorca hasta entonces (17-20). Casas había rotado ya bastante, y con Doblas, Jesús Fernández y Mendiburu en pista se cerró la primera manga (19-22), y con ellos se abrió la segunda, en la que de nuevo los catalanes salieron como motos (10-0 para un 29-22). La inexistencia del rebote se hacia más patente si cabe, mientras que en defensa se pagaba la factura por los constantes desajustes, y no en vano, el Menorca debió de recurrir a Moss y Cazorla para tratar de arreglar el desaguisado, lográndolo momentáneamente (40-36). Únicamente la endeblez del rival, y sus constantes pérdidas de balón, evitaron una sangría importante, lo que unido al efectivo lanzamiento exterior posibilitó que se enfilaran los vestuarios con sólo tres abajo (43-40). Bazdaric y Marinovic, los mejores en el bando mahonés, mientras que por los locales Walsh, Asselin y Rafa Martínez eran los que hacían daño.

Tras el intermedio, se produjo un intercambio de canastas (43-42, 50-46, 54-50), y Moss adquirió mayor protagonismo en ataque. El Manresa abusaba del triple, y precisamente un acierto desde más allá de los 6'25 otorgaba la primera ventaja en mucho tiempo al Menorca (54-55 a tres minutos del bocinazo). Se desvaneció rápido la mínima superioridad en el luminoso, pero ello no evitó que Ponsarnau llamara a los suyos a capítulo, advirtiendo las facilidades que, por momentos, hallaban los menorquines en las proximidades del tablero. El técnico local activó una mixta que le rindió beneficios con celeridad (61-57), y entonces era su homónimo Casas quién pedía minuto. Se cerraba el tercer periodo con un inquietante 65-58, que se incrementó inaugurado el último periodo (69-60 tras varios yerros en tiros libres de Moss). El cuadro menorquín no encontraba posiciones cómodas en ataque, mientras que el Manresa, con un par de zarpazos se iba de once (71-60, ocho minutos para finiquitar el choque, tiempo de Casas).

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