El ciclismo balear tiene un nuevo motivo para mirar con ilusión hacia el futuro. Después de varios meses de persecución, Lluís Mas (Mircomar) ha logrado alcanzar su gran objetivo en la última temporada como juvenil. El corredor natural de Ses Salines ha vivido un fin de semana intenso que le ha servido para firmar una más que prestigiosa victoria en la general de la Copa de España, lo que le corona como el mejor especialista en ruta dentro de su categoría.
Lluís Mas cerró su participación en la prueba de Puerto Lumbreras (Murcia), última de la competición amparada por la RFEC, el Memorial Julián Hernández Zaragoza, en el que la victoria fue a parar a manos de Iván Mondéjar (Grupo Nicolás Mateos), que en la subida final a Medina Nogalte lanzó el ataque definitivo que le llevó a conseguir su segundo triunfo consecutivo. Mas, que en la penúltima manga obtuvo el maillot de líder de la Copa de España, se limitó a hacer su trabajo y controlar la carrera, más en concreto a los que eran sus rivales por la victoria final, en especial a Pablo Lechuga (Excavaciones Cambil), entrando ambos en los puestos 23º y 21º. Víctor Cabedo, el otro implicado en la puja por la corona de mejor juvenil estatal, no pudo finalizar la carrera, facilitando el trabajo a Mas y su equipo, que se volcó con el ciclista mallorquín.
Mas entraba en meta con la general en el bolsillo, totalizando 246 puntos, por los 229 de su compañero Cabedo y los 206 de Lechuga. Mas lucía el maillot con orgullo y firmaba una de las mejores noticias para el deporte del pedal del archipiélago en una temporada que debe servirle como plataforma hacia el pelotón amateur, pues el respeto de los juveniles ya se lo ha ganado.
El saliner estuvo a punto de hacer doblete en la general por equipos, pero finalmente el Andalucía-Cajasur logró hacerse con la clasificación general, con 148 puntos, por los 114 del Mircomar de Lluís Mas, que se convierte en el abanderado de una generación que promete emociones fuertes para un deporte que vive momentos complicados, pero que gracias a la ilusión de los más jóvenes mantiene los valores que le convierten en uno de los más sacrificados.