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Baloncesto/LEB

Puyada rescata a un Aqua Mágica en construcción

Una penetración imposible del base catalán permite a los de Tobalina deshacerse de un correoso Gandía y estrenar el curso con una victoria estratégica ç Schutte asume el mando en los momentos decisivos

PALMA AQUA MÀGICA 74 AGUAS DE VALENCIA GANDÍA 72 PALMA AQUA MÀGICA (14+20+26+14): Lou Roe (18), Miguel Feliu (2), Xavi Puyada (12), Guillermo Rejón (11), Jarrius Jackson (10) -cinco inical- .También jugaron, Guy Muya (2), Martín Nogués (0), Pep Pacreu (10) y Anderson Schutte (9).

AGUAS DE VALENCIA GANDÍA (27+18+15+12): Jorge Jiménez (20), Víctor Luengo (10), ELgrace Wilborn (8), Shalawn Miller (6), Àlex Burgos (8) -cinco inical- .También jugaron, Rubén Burgos (5), Jordi Vallmajó (0), Javier Rodríguez (0), Kerry Blackshear (9) y Guilherme Gitterer (6).

Àrbitros: Sánchez Martín y Hernando Prior. Eliminaron por cinco faltas personales a Shalawn Miller y Kerry Blakcshear. Además, castigaron con técnica al entrenador visitante, Isma Cantó, y a Jordi Vallmajó.

Fernando Fernández
El Gandía parece diseñado para provocar la angustia en el Palau. Si la pasada temporada llevó al Palma Aqua Mágica hasta la prórroga, ayer tuvo contra las cuerdas al grupo de Tobalina, que recurrió a la muñeca de Schutte y a una penetración imposible sobre la bocina de Xavi Puyada para invertir un marcador siempre adverso y sumar su primera victoria de la campaña en un debut que deja muchos interrogantes en el aire, pero que cumple con el guión (74-72). Y es que los de Ciutat no mostraron la versión que de ellos se espera. Alejados del baloncesto claro y sencillo del Gandía y encomendados a un Lou Roe que jugó hasta que el cuerpo le dijo basta, los celestes supieron dar la vuelta a un partido qeu se puso muy cuesta arriba en un arranque para olvidar y llevarse una victoria balsámica, pero que a la vez debe servir de lección.

Roe salió al parqué a las primeras de cambio y las defensas de Cantó se centraron en la estrella balear. Pero era el Gandía el que tenía las ideas más claras. Un 0-7 de salida sembraba la duda en Son Moix, donde los levantinos avisaban desde más allá de 6'25 de la mano de Luengo (3-12).

Con Roe funcionando al 30%, tuvo que ser un triple suyo el que enchufó al partido al Aqua Mágica, perdido sobre el parqué y superado por la extrema defensa planteada por Isma Cantó. Desacertados desde el perímetro (2 de 9), los de Tobalina acababan el primer cuarto muy por debajo de sus posibilidades (14-27). La batuta de Jiménez y las apariciones en escena del ex Globetrotter Elgrace Wilborn no encontraban respuesta en el bando palmesano, fallón como en pocas ocasiones y carente de rebote ofensivo para arañar segundas opciones de cara al aro alicantino.

En ausencia en la estadística de Roe, tuvo que ser Pacreu el que echara mano de los galones para meter en el partido a los suyos. El Gandía presionaba a toda la pista y eso pareció calentar a la estrella celeste. Lou Roe se fue entonando y eso lo notó el partido. La respuesta del Gandía eran los triples y el arbitraje empezaba a querer reivindicar un papel protagonista con decisiones desconcertantes para ambos bandos.

El punto de inflexión llegó tras un descanso al que el Palma había llegado descolgado (34-45). Cuatro triples de salida (Puyada y Roe por partida doble) y un dos más uno convertido por Rejón daban forma a un parcial de 17-1 que ponía al fin por delante al Palma (51-46). Jackson se unió a la fiesta, y también los colegiados, que señalaron dos técnicas al banquillo del Gandía. Para entonces, el equilibrio era una constante (60-60) con diez minutos por delante.

Gitterer y un triple de Rubén Burgos encendieron las luces de alarma. Para colmo, Roe decía basta y debía tomar el camino del banquillo. Pero nadie contaba con Schutte, una mano divina en aquellos momentos en los que la pelota quema. Cuando peor pintaban las cosas (67-70), metió al Palma en el partido. Incluso cuando una canasta estratosférica de Jiménez (69-72, a 1:38) ponía el envite más cuesta arriba si cabe. Rejón perdió una posesión determinante, pero pronto lo arregló Schutte con un triple vital (72-72). El Gandía perdió los papeles y Puyada atravesó la pista para firmar la canasta de su vida.

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