Jorge Muñoa|MADRID
La selección española sacó el billete para las eliminatorias de cuartos de final del Europeo 2007, billete de primera porque lo selló ante Rusia, uno de los tres equipos que permanecían invictos en el campeonato, y la sitúa a un paso del primer puesto del Grupo E, que es lo mismo que facilitar el resto del camino hacia el oro.
La trascendencia del choque llevó a Jorge Garbajosa al quinteto inicial por primera vez desde el Mundial 2006. El pegamento, sobrenombre con el que se conoce al ala-pívot madrileño en el vestuario, aporta muchos intangibles al equipo por encima de su propia calidad como jugador. El fragor que estos dos expresos del baloncesto continental desplegaron desde el salto inicial puso en peligro al ala-pívot de los Utah Jazz Andrei Kirilenko, que con 1:46 minutos de partido disputados recibió la segunda personal. Su marcha al banco era forzosa. Buena noticia para los anfitriones, pero David Blatt, el técnico de los ex soviéticos, movió el banquillo con celeridad y acierto.
El base John Robert Holden movió con inteligencia el balón para que el jugador de los Chicago Bulls firmase tres de tres en triples de forma casi consecutiva y respaldado por Nikita Morgunov forzó el primer tiempo muerto de la selección nacional (18-12).
Pau Gasol replicó en el bando rojo. El jugador de los Memphis Grizzlies sumó nueve tantos, los mismos que Khryapa y que Morgunov, en el primer cuarto, que acabó ajustado merced a sendos triples de Jorge Garbajosa y José Manuel Calderón.