Jorge Muñoa|SEVILLA
El Europeo ha entrado en harina, los equipos han mordido el cuchillo y España ha dejado claro que Jorge Garbajosa hace falta y que, como siempre, Pau Gasol vuela por los cielos de este deporte sólo o en compañía de otros, pero que si los otros pasan por alguna zona oscura él aparece y es capaz de amarrar encuentros como el que Letonia planteó en Sevilla.
Nada será un camino de rosas para los campeones. El segundo asalto del campeonato ante los letones dejó claro que el baloncesto del Viejo Continente goza de buena salud, que hay muchos equipos con gran potencial y que la medalla de oro exige mucho esfuerzo, mucho sufrimiento y mucha fortaleza mental.
Precisamente la dureza psicológica de un hombre instalado en el olimpo de la canasta y enfundado en la camiseta de la 'eñemanía' impidió que Letonia, una selección más que capaz y bien dotada para el lanzamiento de larga distancia, cortase la racha de victorias del equipo dirigido por José Vicente Hernández: Pau Gasol. El ala-pívot de los Memphis Grizzlies ha desarrollado una habilidad natural para medir los tiempos, para dosificar fuerzas y jugar al loncesto, porque Gasol juega al baloncesto de auténtico lujo.