Gregorio Manzano (Bailén, 1956) ya sueña con ese pase de Ibagaza, esa diagonal de Güiza o aquella galopada de Jonás. A dos días para iniciar un nuevo proyecto al mando del Real Mallorca, el entrenador jienense desprende ya aroma de campeonato y respira a pleno pulmón tras firmar la mejor pretemporada de los últimos tiempos. Llega invicto al arranque, con un once definido y un puñado de avales en el banquillo. Mirando de reojo al cierre del mercado, Manzano repasa para este periódico las líneas maestras del curso 2007-08.
"Ninguna derrota, plantilla cerrada, tranquilidad absoluta. ¿Había imaginado una pretemporada así?
"Es cierto que me ha sorprendido gratamente la actitud de los jugadores y que hayan llevado a cabo la idea que se le ha transmitido. La pretemporada ha sido muy positiva, pero hay que confirmarla con puntos en juego y con rivales de nuestra Liga. La continuidad nos ha permitido trabajar de una manera más conjunta y más uniforme con todos los jugadores. Lo que sí hemos tratado entre todos es intentar darle continuidad a la plantilla, al juego y a la idea con una variación clara: que la pasada pretemporada no teníamos a Ibagaza, por lo que hicimos otro boceto con otro tipo de jugadores, y este año sí. Cuando se renovó al Caño era para buscar un equipo en esa línea...
"Todo gira en torno a Ibagaza
"El dibujo va sobre el Caño, pero existe una columna vertebral que marca el eje del equipo. No obstante, el juego en su organización de distribución en la sala de máquinas es de Ibagaza, que es el verdadero motor del equipo.
"¿El equipo guarda más similitudes con el que conquistó la Copa del Rey o con el de la pasada temporada?
"Se parece más al año de la Copa por los dos puntas de distintas características complementarías, pero sobre todo con la velocidad como argumento principal, que era lo que echamos en falta la pasada campaña, además de la definición. El año pasado, con muchos jugadores, se jugaba de otra forma.
"¿Está justificada la ilusión, la corriente optimista que hay en torno al equipo?
"Me alegra que exista un entorno optimista porque me gusta ver contenta a mi afición. Eso no quiere decir que nos acomodemos, sino todo lo contrario; es bueno que alrededor del equipo haya entusiasmo y alegría. Han visto que cumplimos con lo que pregonamos. La continuidad es importante en los equipos medios como el Mallorca y me gusta que la gente esté contenta. El entorno positivo siempre es bueno, manteniendo los pies en el suelo.