El Oporto sigue mirando al Mallorca, concretamente al central José Carlos Nunes. Tal y como era previsible, el conjunto portugués sigue realizando una guerra subterránea peligrosa, tanteando al club balear a través de representantes -nada oficial- y jugando la segunda fase de esta operación a través de los soportes mediáticos.
Nunes sabe del interés del Oporto también por terceros y desde el Mallorca se insiste en que no ha llegado ninguna oferta a sus oficinas. Formalmente no hay fax y la última noticia que tuvo el equipo balear fue hace semanas cuando, a través de un representante se llegó a especular con la cifra de cuatro millones de euros. Sin embargo, la situación es delicada y lo que no esconde la entidad balear es el temor que hay por ofrecimientos de este tipo a estas alturas del mercado de verano, cuando quedan apenas quince días para que expire el plazo de pases.
Ayer, el director deportivo del Mallorca, Nando Pons, expresó su preocupación por la espiral de noticias en la que se está entrando. «Pensamos que la plantilla está cerrada en estos momentos, pero también es cierto que hay variables que uno no puede controlar y la realidad es que todavía faltan días para que se cierre el mercado y estamos preocupados en este aspecto», reconoció Pons.
Los jugadores más importantes del Mallorca han sido «tocados» por equipos importantes. Jonás ha recibido una millonaria oferta del Portsmouth inglés y Nunes está siendo tentado por el Oporto. Arango también es pretendido por clubes europeos, aunque no se ha dado ningún paso al respecto. Todo unido hace que se produzcan demasiados movimientos en torno a un equipo que ahora funciona, pero que podría resentirse de la marcha del interior y el central.
Además de recortar la calidad del grupo, el margen de maniobra que tendría el Mallorca sería muy corto para poder suplir sus ausencias. Más allá del dinero que pudiera ingresar, la preocupación estriba en poder encontrar en poco tiempo futbolistas asequibles de la calidad de Nunes y Jonás.
Pero de momento ni uno ni otro se han ido. El portugués tiene una cláusula de 10 millones de euros, aunque casi 4 millones deberían ser para el Sporting de Braga si se lleva a cabo una operación de traspaso. Por lo tanto, si no se traspasa al jugador por una cifra millonaria, no valdría la pena hacer frente a la venta ya que en el reparto el club balear apenas ganaría nada.