Miquel Alzamora
El presidente del Real Mallorca, Vicenç Grande, recibió hace pocos días una mareante oferta de compra del club que ascendía a 40 millones de euros, casi 7.000 millones de las antiguas pesetas. El ofrecimiento llegó desde el exterior, concretamente desde un importante grupo empresarial cuyo objetivo inmediato era hacerse con el 92% de las acciones del promotor mallorquín y convertirse de esta forma en el máximo controlador del club balear.
Sin embargo, el presidente mallorquinista rechazó esta propuesta, aunque ésta significaba no sólo recuperar todo el dinero invertido, sino ganar el doble de lo que hasta ahora ha destinado de su patrimonio a la entidad deportiva. Sin duda se trata de una propuesta difícilmente rechazable, aunque el máximo accionista del club en ningún caso valoró aceptarla. «No está en venta», fue su respuesta.
La intención del presidente es que el Mallorca siga creciendo en todos los sentidos dejando claro a los futuros inversores que, por ahora, su ciclo no ha terminado. Desde que hace dos años Grande accediera a la presidencia, cada temporada ha inyectado importantes sumas de dinero al club y ahora volverá a hacer un nuevo esfuerzo a título personal y familiar para hacer efectiva una nueva ampliación de capital.