AMADOR PONS (PARÍS)
Los dos maestros del tenis moderno vuelven a encontrarse en la final de Roland Garros. Rafael Nadal y Roger Federer hicieron buenos los pronósticos y ayer se sacaron el pasaporte para disputar el partido decisivo en el Grand Slam sobre tierra batida tras doblegar a Novak Djokovic y Nikolay Davydenko. El manacorí desesperó al serbio por 7-5, 6-4 y 6-2 en dos horas y 28 minutos; el suizo sufrió frente al ruzo, al que doblegó por 7-5, 7-6 (5) y 7-6 (7) en tres horas y un minuto. Djokovic y Davydenko son ya historia en París, donde nada cuenta sino alcanzar la final y ganarla. El serbio fue el que más peleó para conseguirlo, pero se encontró con un Nadal insuperable.
El número dos del mundo, pero el mejor sobre arcilla, contra el número uno del mundo, y probablemente el mejor de todos los tiempos, otra vez en la Philippe Chatrier. Será un duelo para la historia. Porque el mallorquín se puede convertir en el segundo tenista (después de Bjorn Borg) que gana tres veces seguidas en París. Y porque el suizo puede completar el Grand Slam (los cuatro Grandes).
Sólo seis jugadores en toda la historia han ganado tres o más veces Roland Garros. Borg (6), Cochet (4), Lacoste (3), Wilander (3), Lendl (3) y Kuerten (3) son la referencia de un Nadal, que mañana puede convertirse además en el segundo tenista de todos los tiempos que logra tres títulos de manera consecutiva (Borg lo hizo en cuatro ocasiones).