Amador Pons|PARIS
La alegría de Rafael Nadal por alcanzar las semifinales de Roland Garros estuvo más contenida por el hecho de doblegar a Moyà en los cuartos. El tenista de Manacor explicó la poca efusividad del saludo entre ambos al finalizar el partido diciendo que «no era el mejor momento para darle un abrazo» y reconoció que se siente en un gran momento. El marcador, especialmente el último set, fue muy contundente. Pero Nadal quiso dejar claro que la amistad que tiene con Moyà no hay que mezclarla con el partido. «Puede ser que un 6-0 sea doloroso, pero es parte del juego. A Carlos seguro que le ha dolido la derrota porque ha perdido unos cuartos de final de Roland Garros. Yo estoy tan feliz como si le hubiera ganado a otro, aunque es cierto que es con el rival que menos me hubiera importado perder», dijo.
Una de las cosas que más llamó la atención fue que Nadal y Moyà no se abrazaran al terminar el partido. «Somos buenos amigos porque no hay falsedad entre nosotros. Si hubiera sido un partido de cinco horas con un marcador muy apretado nos hubiéramos dado un abrazo fuera cual fuese el marcador. Pero fue un partido a tres sets. Somos amigos y no hay porqué forzar las cosas. Seguramente no era su mejor momento para darnos un abrazo» explicaba el zurdo. El tenista de Manacor resumió el duelo balear diciendo que «los dos empezamos especulando. Esperando a ver lo que hacía el otro. Tuve suerte de ganar el primer set y cuando gané el primer juego del segundo cogí confianza. Poco a poco empecé a tener más ritmo. Sabía que no sólo le tenía que tirar al revés, sino abrirle a su derecha para presionar su revés».
Ahora, Rafael Nadal se medirá en semifinales con Novak Djokovic, un rival al que se ha enfrentado tres veces en los dos últimos meses: «Es un gran jugador y está atravesando por un gran momento. Es un ganador y tiene potencial. Tiene un juego muy completo. Saca bien, es joven y tiene mucho margen de mejora. Seguro que está en la lista de los posibles números uno del futuro». Moyà se va de París con un sabor agridulce. Contento por haber vuelto a alcanzar los cuartos de final de un Grand Slam y por sentirse capaz de volver a estar entre los mejores del mundo. Desilusionado por el mal partido ante Nadal y por la dolorosa despedida: «A nadie le gusta perder 6-0». «Ya dije que mucha amistad no habría en la pista» confesaba Moyà en su primera fase de comparecencia ante la prensa. «He tenido opciones durante los siete u ocho primeros juegos, luego Rafa ha sido superior. Sabía que el primero que impusiera su juego tendría más opciones de ganar y así ha sido. Tuve algunas oportunidades al principio, luego él ha sido superior. Me voy un poco decepcionado porque podría haber jugado mejor», opinó.