«Quiero recuperar el sueño de todos los mallorquinistas: volver al Lluís Sitjar». Esta declaración de intenciones acuñada por Vicenç Grande el pasado lunes en Ultima Horaha destapado la caja de los truenos. El deseo expresado por el presidente del Real Mallorca en este periódico ha provocado una catarsis colectiva. El plan ideado por el máximo accionista ha cuajado en la hinchada. En general, goza de mayor consenso en el seno de las instituciones, a pesar de que estas se encuentran inmersas en otras empresas de mayor enjundia tras las elecciones celebradas el pasado domingo.
Regresar a 'Es Fortí' es el mejor fichaje que puede realizar Grande para la afición, una masa social que siempre ha declarado su pasión por el viejo estadio. El presidente del Mallorca va en serio. No es un tratado de intenciones. Ni mucho menos. Grande cree en este proyecto de derribar el Lluís Sitjar y construir allí el nuevo campo de fútbol, un estadio que estaría situado al nivel del suelo de la Plaça Barcelona y que ocuparía la cuarta planta de un centro comercial subterráneo.
Con esa intención se ha puesto manos a la obra en una tarea que no será un camino de rosas. El primer obstáculo que debe salvar el presidente implica directamente a la Asociación de Copropietarios del estadio, que son los dueños, junto al Real Mallorca, del recinto de la Plaça Barcelona. El máximo accionista de la SAD balear ya formuló hace unos meses su deseo de ingresar en la directiva de la Asociación de Copropietarios, una posibilidad que el presidente de dicha entidad, Joan Aguiló, le negó argumentando que sólo podían integrarse en dicho órgano rector personas físicas y no sociedades anónimas, por lo que era necesario un cambio en los estatutos.