Pep Lluís Martí, David Castedo, Albert Riera... Mallorca tendrá un espacio propio en la primera final europea de la temporada. La UEFA más española de la historia escenificará en Glasgow una batalla sin precedentes y una porción importante de su reparto comparte pasado en la Isla. Hasta siete ex jugadores rojillos emergerán mañana del impresionante tapete de Hampden Park y pase lo que pase, el archipiélago saldrá reforzado con una victoria de prestigio. En la acera sevillista sobresalen los experimentados Martí y Castedo. El pivote y el lateral, palmesanos de nacimiento, ya saben a lo que se enfrentan. Ambos tuvieron el privilegio de acudir la temporada pasada a Eindhoven para levantar el trofeo a costa del Middlesbrough (4-0) y saldrán mañana al campo con un valioso plus de experiencia sobre los hombros. Piezas indispensables del mejor Sevilla que se recuerda en Nervión, ambos tienen la ocasión de extender el volumen de un palmarés que en los últimos tiempos ha multiplicado sus dimensiones. No hay que olvidar que se trata de la tercera final continental de su vida, ya que a la exhibición del año pasado en el Philips Stadium hay que unir la de comienzos de temporada en el Louis II de Mónaco, dónde el equipo de Juande Ramos humilló al Barcelona con la Supercopa como telón de fondo. La triple corona está más próxima que nunca.
El caso de Castedo resulta especialmente llamativo. Participó activamente en el último ascenso del Sevilla a Primera división (2001) y estuvo cerca fichar por el Espanyol en el último mercado de invierno, un detalle que le hubiera permitido seguir el enfrentamiento desde el bando perico. De hecho, el motivo principal de que se abortara su marcha a Montjuïc se basaba en que había disputado la eliminatoria previa de la UEFA ante el Atromitos griego y eso le impedía vestir de blanquiazul durante todo el ejercicio. A sus 33 años de edad, el mallorquín disfruta de su séptima temporada consecutiva en la capital hispalense, dónde se ha consolidado como uno de los jugadores más queridos del grupo de Juande. Aunque la entrada en el equipo de Dragutinovic le ha restado protagonismo este año, mantiene intacto su carisma y comparte carril con cuatro internacionales (Drago, Adriano, Escudé y Puerta), de ahí el mérito de su trayectoria. Paradójicamente, el propio Juande le invitó dejar la entidad durante el pasado mercado invernal. Resistió y ha vuelto a obtener una suculenta recompensa.
En la trinchera espanyolista, la representación de efectivos con una mancha roja en su historial es todavía más amplia y aparece encabezada por emanacorí Albert Riera. Al zurdo accedió al escaparate de la Liga por iniciativa de Gregorio Manzano y ahora le aguarda la cita más pesada de su carrera, que sin embargo ha pasado por lugares tan consagrados en el planeta fútbol como Burdeos o Manchester. Desde que interviniera con el Mallorca en aquella histórica final de Copa ante el Recreativo (2003), no ha vuelto a tener la opción de jugarse un título a una sola carta y seguro que eso dispara su adrenalina.