Efe|BARCELONA
«Vergüenza» ha sido la palabra más utiliza por los aficionados que se desplazaron ayer al Camp Nou para ver el primer entrenamiento del Barcelona después de caer eliminado en las semifinales de la Copa del Rey ante el Getafe, que remontó la eliminatoria endosando a los azulgrana un humillante 4-0. La plantilla, que saltó al campo de La Masía a las 12,25 horas, después de mantener una reunión en el vestuario de casi media hora con el cuerpo técnico, el presidente del club, Joan Laporta, y el secretario técnico, Aitor 'Txiki' Begiristain, fue recibida con pitos por un centenar de aficionados con ganas de descargar su ira contra los jugadores después del ridículo que hicieron en el Coliseo Alfonso Pérez. Esta vez, ni siquiera Ronaldo de Assís 'Ronaldinho', que se entrenó con sus compañeros en lugar de quedarse en el gimnasio como hace habitualmente el día después del partido, se libró de las críticas, e incluso alguno le pidió que dejase de «engañar» al club que le paga y se marchara de una vez al Milán.
«Peseteros», «sinvergüenzas» o «vagos» fueron algunos de los calificativos que los aficionados culés utilizaron como arma arrojadiza contra la plantilla azulgrana, en un entrenamiento en el que ayer todo eran caras largas y al que sólo faltaron los lesionados Rafael Márquez y Thiago Motta. Varios seguidores recriminaron al entrenador del Barca, Frank Rijkaard, que no se mostrara más duro con sus futbolistas. El técnico holandés, que parecía ajeno a todo este ambiente enrarecido, aprovechó la sesión para hacer un breve aparte con los futbolistas con más peso en el equipo como Ronaldinho o Samuel Etoo. El camerunés aseguró ayer sentir «mucha vergüenza» por no haber estado contra el Getafe «a la altura de la camiseta» que defiende y pidió una última oportunidad a la afición para que confíe en el equipo y le ayude a conquistar el último título que le queda: la Liga.
«Si ayer hubiese podido abrir el suelo, y meterme dentro, lo habría hecho«, reconoció Etoo, quien dijo no tener argumentos para justificar la lamentable imagen que dio el conjunto azulgrana en el Coliseo Alfonso Pérez. El delantero camerunés comparó lo que sintió tras la derrota ante el Getafe -«hoy es uno de esos días en los que te preguntas por qué te dedicas a esto»- con la sensación que tuvo tras no clasificarse con la selección de su país para el pasado Mundial por culpa de un penalti fallado en el último minuto por Wome ante Egipto. «En aquella ocasión me quedé sin la posibilidad de rectificar, pero esta vez sí que tenemos la oportunidad de hacerlo: nos quedan cinco partidos que debemos afrontar como cinco finales. Necesitamos a la afición más que nunca», explicó el camerunés.