Tolo Jaume
El Palma Arena eclipsa a todo el planeta tenis. Ni la resaca del reciente torneo Conde de Godó, ni la inminente irrupción del Masters Series de Roma han impedido que la singular batalla de las superficies aglutine todas las miradas. Rafael Nadal y Roger Federer se situarán frente a frente ante una audiencia potencial repartida por los cinco continentes. 6.800 privilegiados vivirán el desafío en el flamante recinto de Ciutat, pero el cara a cara más esperado se podrá seguir en directo a través de internet, la televisión y la radio. Dos jugadores invencibles en sus terrenos pondrán a prueba su capacidad para adaptarse a un duelo que tendrá lugar por primera vez en la historia y que acaparará la atención de los aficionados y curiosos. La incredulidad sobre su celebración ha derivado en una expectación que fue palpable desde que se hizo oficial un enfrentamiento al que darán cobertura informadores de todo el mundo. Y es que ha sido tal la demanda de acreditaciones que la organización se ha visto obligada a limitar los sitios.
El papel de las taquillas del Palma Arena apenas duró unas horas y las entradas también volaron en internet. Multitud de peticiones se han quedado sin la posibilidad de estar en el encuentro, que ha recibido solicitudes desde el extranjero. Todavía no se puede decir que haya funcionado la reventa, pero a buen seguro que más de uno sentirá la tentación de hacer un esfuerzo económico para convencer a algún aficionado que ya tiene el pertinente ticket para vivir lo más cerca posible la batalla de las superficies. Es tal el interés que ha generado el encuentro que no sería de extrañar que el propio martes hubiera algún intento desesperado en forma de oferta para entrar en el recinto.
El choque, que cuenta con un presupuesto que ronda el millón de euros, no tiene carácter oficial y ha encontrado acomodo en un tramo del calendario poco propicio para ver a los dos al cien por cien. El riesgo de lesiones por el cambio de superficie puede motivar que los contendientes no se exijan el máximo en un encuentro que no tiene repercusión en el ranking. Poco parecen haber importado las contras. La emoción cuenta más que nada. Sin embargo, precisamente el hecho de que Rafael Nadal haya arrebatado el número uno de la Carrera de Campeones a Roger Federer es un aliciente que puede incrementar la intensidad de un duelo que a ninguno le hará gracia perder. Los dominadores del tenis mundial han alcanzado la cima gracias a su condición de ganadores. Tanto Nadal como Federer salen la pista con el único objetivo de ganar sea cual sea el escenario, la situación o el momento de la temporada. De lo contrario no serían los encargados de haber tomado el relevo de los legendarios duelos que ha dado este deporte a lo largo de su dilatada historia.