Miquel Alzamora
Llegó España y con ella el delirio en las gradas y también en la zona noble del estadio. Fuera de la parte acotada ondeaban las banderas y asomaban los bocadillos envueltos en papel de plata. En el interior del palco, el protocolo se las veía y deseaba para situar en su sitio a todos los invitados, más de 400 en total.
El president del Govern, Jaume Matas presidió el partido junto a Àngel María Villar. Éste último enfundado en una gabardina y pendiente de que todo funcionara bien. Ramón Socias, delegado del Govern, también ocupaba la primera línea del palco, al igual que el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetsky. La alcaldesa de Palma llegó con las notas del himno nacional de Islandia de fondo. Llegó a tiempo para cuadrarse, junto al resto de invitados, mientras sonaba el himno de España.
También asistieron al partido las conselleras de Presidència, Rosa Puig, y la de Inmigració, Encarnación Pastor. Dolça Mulet, la vicepresidenta del Consell no se perdió tampoco el «match», al igual que Pere Rotger, president del Parlament. Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español vibró también en el ONO Estadi. De los clubes españoles destacó la presencia de Ramón Calderón, Presidente del Real Madrid. España enganchó también en la zona noble.