Tolo Jaume
El Palau d'Esports engulló al Palma Aqua Mágica. Fue el día de la bestia en la perfecta comunión del conjunto gualdinegro y su fiel afición, que celebró por todo lo alto la fiesta del baloncesto mallorquín con más de 3.500 espectadores abarrotando el recinto de la capital de Es Raiguer. Verbena en Inca y procesión hacia Palma. El Drac se encarama al quinto puesto y pone de relieve el gran valor de un sexto jugador que ayer mereció el MVP.
Media hora antes de que arrancara el derbi el nivel de decibelios ya era el de las grandes ocasiones. El Drac Inca repartió doscientas bocinas de viento y mil palos sonoros entre los suyos, lo que unido a los otros doscientos palos sonoros de la afición del Aqua Mágica suponían un nivel de ruido muy elevado. El calentamiento de los locales gozaba de la intensidad idónea, mientras que la salida a la pista de los visitantes sirvió como anticipo para los de Jareño, que tomaron contacto con el escenario hostil que ya esperaban.
Las pinturas en el rostro y las camisetas con los colores de ambos equipos se encargaban de dar colorido en el constante goteo de seguidores en el interior del recinto, donde empezaron a escasear los asientos libres hasta en las gradas superiores.