Nada de confianzas. El Mallorca visita mañana el templo del equipo más débil de toda la Liga y su entrenador no quiere que la relajación se cuele a través de las paredes del vestuario. Gregorio Manzano ha trazado un plan específico para la ocasión y ha centrado el trabajo de la semana en concienciar a los suyos de la importancia que tienen los puntos que habrá en juego ante la Real Sociedad.
El jienense asegura que se trata de un partido trampa y recuerda que para tumbar al conjunto donostiarra hará falta algo más que buenas intenciones: «Si salimos al campo creyéndonos superiores, perderemos seguro», avisa. El preparador de Bailén reconocía ayer, en su habitual rueda de prensa previa a la jornada, que ha tenido que variar algunos de sus hábitos para evitar que la plantilla se echara a dormir después de pasar por encima del Levante.
El técnico del conjunto bermellón teme que la buena actuación del pasado domingo relaje los músculos de sus jugadores y ha preparado mentalmente a los suyos para uno de esos combates de aspecto engañoso: «Llevamos toda la semana hablando del partido, que es algo que habitualmente no hago. No dejado de hacerlo ni un día. Ya dije que el mes de marzo era importantísimo para nosotros y lo que hicimos ante el Levante tiene que tener continuidad. La cita de San Sebastián es sólo un punto y seguido y quiero que los jugadores lo vean así, que no se acomoden o que piensen que ya está todo hecho», apuntaba.