Fernando Fernández
No ha sido fácil para Miquel Alzamora digerir el golpe de quedarse fuera de un Campeonato del Mundo. No es la primera vez que experimenta esta sensación, pero el no poder competir en Palma'2007 es algo que, tras incontables horas de trabajo e innumerables sacrificios, ha herido al que fuera campeón mundial de americana hace ahora una década. Si hace un año era una decisión técnica la que le dejaba fuera de la cita de Burdeos, pese a ser campeón de España de scratch, la desgracia en forma de lesiones se ha cebado como eartanenc. Una fractura en el pubis durante el Europeo de Ballerup le obligó a frenar en seco su preparación. Cuando Miquel había visto de nuevo la luz, una caída en la pasada Challenge le fracturó una costilla. El último infortunio de uno de los mejores pistards se hacía realidad y la carrera contra el crono para llegar al nacional del Palma Arena se aceleraba. Alzamora agotaba sus opciones de estar en el Mundial en la prueba de scratch y se descartaba para la americana «por que el esfuerzo con el brazo me condicionaba bastante tras la lesión». Cuarto en scratch, empezó a adivinar que podía repetirse la historia y Dídac Navarro, seleccionador nacional de ciclismo en pista, le podía volver a dejar sin recompensa.
Ciclismo/Campeonato del Mundo
El dilema de Alzamora
El «pistard» de Artà se siente «decepcionado, no por mi rendimiento, sino por mi mala suerte», valora su continuidad tras perderse el Mundial y aguarda al futuro Illes Balears