Agencias|SEVILLA
Sevilla y el fútbol español están que arden por los incidentes acontecidos la noche del pasado miércoles en el estadio Ruiz de Lopera por la agresión que sufrió Juande Ramos y que obligó a la suspensión del partido de cuartos de final entre los dos equipos de la ciudad andaluza. Ayer el entrenador agredido compareció ante los medios informativos poco después de recibir el alta medica tras el botellazo recibido. El entrenador dijo que quienes tendrían que haber puesto «cordura» han sido quienes, finalmente, «más gasolina» han «echado al fuego» de la rivalidad futbolística hispalense.
«Hay un refrán que dice ,quien siembra vientos recoge tempestades. Le estamos pidiendo a las dos aficiones que se comporten bien, pero dentro de esa masa siempre hay un cafre que pierde los papeles. Los profesionales y los dirigentes somos los que tenemos que dar ejemplo, aunque somos los que peor nos hemos comportado», sentenció.
Por ello, el técnico abogó por hacer «examen de conciencia y saber cada uno dónde está su sitio» en este mundo del fútbol. «Sabemos que cada palabra que digamos se va a tener muy en cuenta y habría que analizarse uno mismo, para saber si se está haciendo lo necesario para que estas cosas no ocurran». Pero el manchego insistió en la necesidad de poner coto a la incendiaria verborrea demostrada por los dirigentes.