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Baloncesto LEB

El Palma cumple con el guión

El cinco de Jareño evidencia viejas carencias defensivas y sufre para tumbar a un Gijón débil en la pintura y con contados argumentos en ataque

PALMA AQUA MÀGICA 81
CALEFACCIONES FARHO GIJÓN 71

PALMA AQUA MÀGICA (18+17+22+24): Sergio Ramos (4), Perico Sala (15), Ken Lacey (9), Ray Tutt (17), Chris Massie (20), -cinco inicial- DeMarco Johnson (2), Matías Ibarra (5), Pep Pacreu (3) y Shalawn Miller (6).

25 de 51 en tiros de dos puntos, 5 de 17 en triples y 16 de 19 en tiros libres. 40 rebotes (21 defensivos y 19 ofensivos) y 17 faltas personales.

CALEFACCIONES FARHO GIJÓN (16+15+21+20):Mark Bigelow (13), Chus Poves (13), Daniel López (11), Keith Waleskowski (19), Txomín López (2), -cinco inicial- Peter Rajniak (4), Iñaki Narros (0), Rubén Suárez (5) y Antxón Iturbe (4).

20 de 37 en tiros de dos puntos, 8 de 23 en triples y 7 de 13 en tiros libres. 27 rebotes (19 defensivos y 8 ofensivos) y 18 faltas personales.

Àrbitros: Sánchez Ardid y Bey Silva. Sin eliminados. Actuación bastante discutida.

Fernando Fernández

No era el partido para lucirse, pero el guión volvió a repetirse una vez más en Son Moix. El Palma Aqua Mágica sigue ganando como local, lo hace con relativa autoridad, pero sigue sin salir del atasco. Sin encontrar la vía para hacer más fácil el trabajo y no complicarse la vida en momentos decisivos. Ayer, un Gijón condenado a luchar por la supervivencia en la LEB, apenas ofreció aspecto de poder aprovechar las carencias habituales -y en ocasiones preocupantes- del cinco de Jareño. Las bajas han condicionado la semana y el rendimiento de equipo.

Sin Lewis ni Schutte, el perímetro tenía que resentirse. Y Sergio Ramos no estuvo afortunado (0 de 4 en triples, por 5 de 17 del equipo). Que Toledo no se vistiera de corto apenas se notó, porque Ken Lacey funciona y sabe lo que tiene que hacer. Pero lo importante ayer era ganar. A toda costa. El contrincante invitaba a ser optimistas y se consiguió el objetivo, pero quedan cosas por atar (81-71). Y eso que el Palma empezó pisando a fondo el acelerador.

Un 10-0 de salida con un Massie excepcional (fue dueño y señor bajo los tableros) dejaba boquiabierto a un Joaquín Prado que se temía lo peor y optó por cambiar el guión del choque. La defensa zonal asturiana empezó a agotar el caudal de ideas del Aqua Mágica. La respuesta ofensiva del Gijón llegó en forma de triples. La segunda falta de Lacey y Sala coincidió con el despegue del rival, acompañado de un recital de despropósitos de una pareja arbitral que dejaba moverse por la zona a los interiores astures y castigaba con dureza a un Aqua Mágica que añoraba un poco de ecuanimidad en sus decisiones.

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