Con las plazas de descenso pisándole los talones, la amenaza de su peor marca desde que regresó a Primera -no encadena cinco derrotas consecutivas desde la campaña 1991-92- y en el peor escenario posible, el Mallorca necesita una inyección de moral para reanimarse y frenar su caída. Después de una dura semana, con dos pañoladas en tres días, el grupo de Gregorio Manzano afronta un nuevo capítulo en la rutina liguera con la obligación de taponar las vías de agua que amenazan con inundar el vestuario en cualquier momento. Visita a un Sevilla extraordinario, que se ha especializado en degollar a los rivales en su base de operaciones. Suma ocho de ocho en su estadio, donde no dobla la rodilla desde hace prácticamente un año. Con esas premisas, el Mallorca afronta la batalla con la intención de pasar página de lo sucedido en sus últimas citas y abrazar la victoria, o al menos un punto, tras cinco jornadas sin ganar y cuatro derrotas consecutivas en el torneo de la regularidad. Y es que desde su triunfo en Tarragona, allá por el 26 de noviembre, el Mallorca parece haber encallado y ya divisa por el espejo retrovisor las matrículas de sus compañeros en la agonía (17.00 horas, Sánchez Pizjuán).
El conjunto isleño lleva ya mucho tiempo anclado en la vulgaridad y continúa siendo un bloque muy intermitente. A su función llena de apatía frente al Athletic de Bilbao le sucedió un arrebato de orgullo ante el Deportivo que no sirvió para aplacar los ánimos, aunque sí para que algunos suplentes, fundamentalmente el argentino Maxi López, se reivindicaran. No obstante, el Mallorca acumula casi dos meses sin celebrar un solo triunfo y empieza a ver cómo se alejan los rivales que hace unas semanas caminaban bajos sus pies. Athletic, Levante o Deportivo han incrementado su marcha y el Betis, por ejemplo, está a sólo un punto de distancia, con un partido menos, de la escuadra bermellona, por lo que un nuevo tropiezo en Sevilla y un triunfo bético en Pamplona empujaría al Mallorca a las cloacas de la Liga por primera vez en el presente campeonato.
El Mallorca saltará a Nervión con la intención de recuperar el terreno perdido en sus últimas actuaciones y atrapar los 20 puntos a falta de una jornada para echar el candado al primer tramo del curso. Trepar hasta esa cota le permitiría al equipo isleño asear su marca reciente y despedir el primer tramo ante el Real Madrid con algunos gramos de optimismo en su mochila. Con el vestuario en reformas y la secretaría técnica escrutando el mercado, fundamentalmente un delantero centro, el Mallorca se plantará hoy en la capital andaluza con algunas piezas cambiadas. Habló Manzano en la víspera de variar no sólo los nombres, sino también el dibujo. ¿Un trivote como el día de Valencia? Es posible ¿Un doble pivote con tres mediaspuntas y un único delantero? Bastante probable. Las rotaciones de Manzano monopolizaron las tertulias en la expedición bermellona, que encabezó el presidente Vicenç Grande, y que entró por la puerta del Hotel Barceló Renacimiento de Sevilla mediada la tarde.