El Mallorca se ha dado la vuelta. Hasta la décima jornada, Toni Prats era un serio aspirante a conquistar el Trofeo Zamora. Sólo había recibido seis goles en las diez primeras jornadas y sustentaba al equipo menos goleado de toda la Primera División. Un dato que polarizó todos los comentarios previos a la visita del Barça. Apenas un mes después, la tarjeta que presenta el portero mallorquín está repleta de agujeros y su seguridad defensiva se ha quedado por el camino. De hecho, en los cuatro últimos encuentros ha recibido casi el doble de goles que en los diez anteriores, una racha que le señala como el equipo más goleado del campeonato en las cuatro últimas citas. Nada menos que ¡11 goles! en 360 minutos. Una barbaridad que arroja casi tres goles por entrega que ha empujado al Mallorca a atrapar sólo cuatro de los últimos 12 puntos en juego y descender un par de posiciones en la clasificación.
El Mallorca afrontaba la cita como el mejor equipo defensivo de todo el campeonato con seis goles. Uno menos que Real madrid o Getafe. Pero la pegada del líder dejó en evidencia el entramado de Manzano. Un Ronaldinho a medio gas fue suficiente para abrir la brecha defensiva. Gudjohsen, en dos ocasiones, Iniesta y Santi Ezquerro perforaron la meta defendida por Toni Prats, que perdió su condición de portero menos goleado de Primera División. (1-4). Siete días más tarde, en el Nou Estadi, Prats tampoco pudo sellar su portería. El Nàstic marcó por partida doble, aunque en esa ocasión los tantos quedaron en anécdota por el gran trabajo ofensivo y el gol de Juan Arango de falta en los instantes finales (2-3).
La semana pasada, con el Celta como testigo, Prats recogió de nuevo dos balones desde el fondo de su portería. A pesar de haber firmado una gran actuación, con cinco paradas de mérito, el guardameta gabellí no estuvo afortunado en el disparo de Fernando Baiano desde fuera del área que inició la remontada viguesa, culminada en el tramo final gracias a un penalti convertido por Jesús Perera (2-2). Y ayer, Prats sufrió la mayor goleada foránea del Mallorca en los últimos doce meses. Desde aquel 3-0 en Mestalla que despidió el año 2005, con Héctor Cúper en el banquillo, el conjunto isleño no había facturado una derrota tan abultada en sus visitas. Hasta que Osasuna se reencontró con su mejor enemigo. Tras un primer tiempo aceptable, en el que Prats firmó un despeje de mérito que acabó en el larguero, el equipo se derrumbó tras el descanso. Los goles de Milosevic, Flaño y Puñal, de penalti, sentenciaron (3-0).