Miquel Alzamora
El Real Mallorca llega con dudas al partido ante el Celta. Deportivamente el grupo ha aumentado la confianza después de la victoria en Tarragona, pero en esta recta final de semana la lumbalgia que sufre el central Sergio Ballesteros supone un contratiempo importante para Gregorio Manzano, primero porque puede perder a un futbolista determinante como él en defensa y segundo porque deberá improvisar una solución de urgencia.
Iván Ramis todavía no puede entrar en el equipo y Héctor Berenguel está también en la enfermería. A partir de ahí hay dos opciones viables: la primera, retrasar a Pereyra y situarlo junto a Nunes -así lo ha ensayado esta semana- o situar a Fernando Navarro de central y confiar en Dorado en el lateral izquierdo.
La otra opción es la que ofrece el jugador del filial, Martí Crespí, que ha entrenado toda la semana con el primer equipo y Manzano ya sabe cuáles pueden ser sus prestaciones. Pero no sólo las dudas están localizadas en la retaguardia. Así lo reconoció ayer el entrenador andaluz. «Todavía no tengo alineación, ni sé quién estará en la defensa, en la media y en el ataque», sentenció el técnico del Mallorca.