PALMA AQUA MÀGICA | 88 |
DRAC INCA | 80 |
AQUA MÀGICA (27+12+13+17+19): Perico Sala (13), Ray Tutt (24), Sergio Ramos (14), Crhis Massie (9), Robert Battle (14) -cinco inicial-, Nahuel Calvo (0), Danny Lewis (3) y Anderson Shutte (7)
18 de 39 en tiros de 2 puntos. 9 de 28 en tiros de 3 puntos. 25 de 27 en tiros libres. 46 rebotes (30 en defensa y 16 en ataque). 25 faltas personales.
DRAC INCA (16+15+18+20+11): Ted Berry (8), March Blanch (16), José Luis Ferrer (5), Dylan Page (23), Rob Little (10) -cinco inicial-, Albert Alzamora (2), Juan Cangelosi (0), Douglas Tshomba (6), Joan Riera (8) y Quique Moraga (2).
21 de 48 en tiros de 2 puntos. 7 de 17 en tiros de 3 puntos. 17 de 22 en tiros libres. 27 rebotes (19 en defensa y 8 en ataque). 23 faltas personales.
Àrbitros: De Lucas y Velasco. Excluyeron por cinco faltas personales al local Danny Lewis (minuto 38)
Albert Orfila
La progresión del Aqua Mágica es evidente. Su crecimiento como equipo es una realidad. Jareño ha conseguido más solidaridad y que sus jugadores interpreten un discurso mucho más colectivo. Pero todavía falta. Y mucho. Casi todas las funciones del Palma discurren bajo las mismas coordenadas y su cara a cara con el Drac Inca no alteró ese copioso guión que acaba dejando demasiadas cosas al azar. Esta vez salió cara (88-80), aunque la vocación suicida del Palma a punto estuvo de alterar el sino de un derbi que se resolvió en la prórroga.
El cruce de caminos entre los dos grandes iconos del baloncesto mallorquín también dejó claro que Àngel Jareño ha tomado un par de decisiones importantes que afectan a jugadores como Danny Lewis o Santi Toledo. El estadounidense ha perdido influencia y deberá buscarse minutos jugando de dos. Toledo se ha quedado sin margen. Ya no entra en los planes del entrenador.
En este escenario, Perico Sala se ha convertido en un jugador esencial y la rotación interior ha quedado reducida a Battle, Miller y Massie. Eso implica que Ramos tenga que desplazarse muchas veces acuatro, aunque la línea exteror del Palma es lo que mejor funciona. Tutt, por ejemplo, vuelve a ser Tutt. Defiende y amenaza. Fue uno de los hombres del partido.