Es un partido más. Pero no lo es. Ningún equipo admite haber alterado sus hábitos, pero todo es distinto. Aqua Mágica y Drac Inca cruzan esta noche sus caminos en Son Moix envueltos por el aura que sólo este partido es capaz de generar. El pulso mallorquín entre los dos grandes iconos de su baloncesto emerge emitiendo equilibrio, el único aspecto que parece acercarles. Se mirarán esta noche a los ojos dos equipos casi antagónicos, dos escuadras que han hecho camino tirando de manuales equidistantes pero que han llegado al misno sitio. El talento y anarquía del Palma se pondrán a prueba ante la solidez y el juego plural del Drac, un equipo enrachado y que ha sumado la media docena de victorias que aparecen en su cuenta corriente prácticamente de golpe. Tras un arranque dubitativo, el equipo de Es Raiguer ha tomado carrerilla y se ha instalado entre la nobleza de la Liga. Agarrado a Dylan Page y Marc Blanch -sus dos jugadores más influyentes-, el Inca ha crecido de forma vertiginosa. Su plantilla actual no tiene nada que ver con la del curso anterior, pero mantiene casi intactas sus señas de identidad. De hecho, si ha perdido soluciones en ataque, su juego defensivo ha subido algunos enteros.
El Aqua Mágica tampoco se parece en nada al de la temporada pasada. Sobrevivieron Shalawn Miller, Josep Pacreu -que es duda para el partido de hoy-, Santi Toledo, Robert Battle y Raymond Tutt, pero su potencial se ha multiplicado en casi todas las posiciones. No cabe duda que Angel Jareño administra una de las plantillas más poderosas de la competición, pero el equipo mantiene muchos cabos sin atar. El Palma se ha mantenido en pie durante un buen puñado de jornadas sujetado por la clarividencia de algunos de sus jugadores, especialmente la de Danny Lewis. El base estadounidense, que la temporada pasada tocó el cielo con el Bruesa, se ha convertido en un jugador esencial en este primer tramo de la fase regular, aunque con todo lo que ello comporta.
Lewis es un base distinto y muchos partidos del Palma han sido monólogos con su firma estampada. Sus rachas anotadoras han condicionado el juego del Palma hasta tal extremo que el desequilibrio ha sido absoluto. Cuando Lewis ha funcionado, el Palma ha ganado, pero cuando no ha sido así... Instalado sobre la muñeca de su base y algunos de sus jugadores exteriores, el conjunto de Angel González Jareño ha ido sacando sus partidos, pero también se ha proyectado como un equipo poco solidario en defensa y excesivamente anárquico en ataque. El protagonismo de sus interiores, especialmente Robert Battle, Crhis Massie y Shalawn Miller ha sido muy relativo.