PALMA AQUA MAGICA | 71 |
ALERTA CANTABRIA | 72 |
AQUA MÀGICA (15+23+12+21): Danny Lewis (29), Ray Tutt (10), Sergio Ramos (11), Chris Massie (4), Robert Battle (11) -cinco inicial-, Nahuel Calvo (0), Perico Sala (4), Santi Toledo (2) y Anderon Schutte (0).
22 de 38 en tiros de 2 puntos. 5 de 15 en tiros dd 3 puntos. 12 de 13 en tiros libres. 23 rebotes (18 en defensa y 5 en ataque). 17 faltas personales.
CANTABRIA (17+18+13+24): Isaac López (12), Borja Larragán (11), Victor Cuthbert (8), Mike Higgins (4), Andre Howard (8) -cinco inicial-, Jordi Grimau (13), José Luis Galilea (12), Alex Urtasun (0) y Gimel Lewis (4).
15 de 24 en tiros de 2 puntos. 10 de 23 en tiros de 3 puntos. 12 de 14 en tiros libres. 33 rebotes (21 en defensa y 12 en ataque). 22 faltas personales.
Arbitros: Raul San Cecicilio y Alberto Fraile. Sin eliminados. Castigaron con una falta técnica a Pablo Laso, técnico visitante.
Albert Orfila
La función más convincente del curso -al menos la más completa- acabó dibujando una enorme paradoja sobre el Aqua Mágica, un equipo todavía en fase de construcción y que lleva demasiados partidos buscando sus señas de identidad. Anoche le sobraron 18 segundos, los que tardó Borja Larragán en anotar un triple ganador y dejar seriamente herido al grupo de Jareño (71-72). Falló esta vez la solución Lewis, que administró la última posesión de su equipo y del encuentro. Su lanzamiento en carrera y desde poco más de un metro del aro se quedó corto.
Referencia indiscutible del equipo balear durante todo el partido (29 puntos), Lewis ofreció esta vez su perfil más colectivo, al igual que el resto de sus compañeros. El Aqua Mágica defendió como nunca, pero los pequeños detalles le mandaron al purgatorio. La racha anotadora del visitante Larragán -firmó los 8 últimos puntos del Cantabria- y algunos desajustes defensivos en último cuarto echaron por tierra el trabajo del Palma, que refugiado casi siempre en una defensa zonal, marcó el ritmo y gobernó en el electrónico durante casi todas las fases del partido.
El Palma supo reponerse con solvencia a la primera gran advertencia del Cantabria (57-62), pero acabó siendo víctima de errores pretéritos. Es probable que ayer hubiera ganado a cualquier otro rival, pero topó con un líder sólido; un equipo silencioso y equilibrado que tiene las ideas claras y que a la hora de la verdad encontró a un alero enrachado. Su clasificación no es casual. Pese a la energia de su adversario, el Cantabria nunca desfalleció.