El Mallorca iniciará esta noche en Bilbao la reconquista de su torneo preferido. El equipo de Manzano aparcará por unas horas la rutina liguera y se embarcará en una nueva ruta por la Copa del Rey, una competición en la que ha redactado las páginas más brillantes de su historia pero que ultimamente le ha dado la espalda a las primeras decambio. Los rojillos debutan a domicilio, pero lo hacen en un escenario perfecto para reivindicarse y ante un rival con el pulso alterado por culpa de una notable crisis interna. No es un partido al uso, pero supone una ocasión ideal para encarrilar la eliminatoria y recuperar parte del prestigio perdido a lo largo de los últimos tiempos (San Mamés, IB3 TV, 22.00 horas). Manzano volverá a experimentar una serie de sensaciones muy especiales. Aunque la actualidad sigue marcada por las duras críticas que vertió contra el entorno el pasado lunes, el técnico jienense no olvida que la última vez que dirigió al Mallorca en la Copa fue en Elche, el 28 de junio de 2003, en una histórica noche en la que conjunto isleño levantó su primer gran título a costa del Recreativo. Hoy, tres años y cuatro meses después, sentirá de nuevo el magnetismo de esta renovada competición quele ha reservado un duelo de alto voltaje en su primera escala.
El empate del pasado domingo ante la Real Sociedad no ha sentado nada bien en el vestuario bermellón, que sigue combinando luces y sombres en su camino por el campeonato. Aunque el triunfo frente al Levante había liberado a los jugadores de las cadenas de la clasificación, el resultado del otro día ha vuelto a airear las dudas con las que habíanacido el proyecto y el plantel está ansioso por recuperar la calma antes de reengacharse otra vez al torneo doméstico. Cuerpo técnico y jugadores quieren atajar el problema con una actuación convincente que además, les serviría para minar aún más la moral bilbaína, que está por los suelos después de siete jornadas.
Pese a la importancia de la cita de hoy en La Catedral, Manzano ya ha hecho público que va a recurrir a las rotaciones para repartir la carga de minutos entre la caseta y evitar un desgaste excesivo. Así, el de Bailén convocó a dieciseis jugadores tras el entrenamiento a puerta cerrada de ayer en Son Bibiloni y hoy presentará un once plagado de rostros poco habituales. Todo apunta a que Miquel Àngel Moyà, que todavía no han jugado un solo minuto esta temporada, será el guardián de la portería y que por delante se apoyará en una línea defensiva totalmente reformada. Será el turno de hombres como Héctor Berenguel, Iván Ramis o Javier Dorado, que saldrán del anonimato para reforzar las paredes de la zaga y maniatar el fútbol directo de los vizcaínos.