Carlos Román (Valencia)
El Mallorca busca prestigio y credibilidad en el partido con más morbo del nacimiento de campeonato. El conjunto dirigido por Gregorio Manzano se reenganchará hoy al tren de la Liga frente a uno de los equipos que más peso han tenido en su historia reciente y lo hará además en un escenario muy poco favorable, ya que el Levante vuelve a cruzarse en el camino dispuesto a aprovechar su bonanza actual para ajustar una serie de cuentas que siguen pendientes.
El conjunto valenciano, que no ha olvidado aún la película de la temporada 2004-05, pretende destaparse como uno de los equipos más solventes del inicio de curso y de paso, cortarle las alas a uno de sus «rivales directos». Los baleares en cambio, necesitan ganar para ir tomando posiciones y lo que es más importante, proteger la armonía del vestuario.
Aunque la semana de parón ha amortiguado los efectos de la derrota ante el Villarreal, el golpe que recibió el conjunto mallorquinista fue considerable y requiere una atención inmediata. El grupo está en plena construcción y no puede permitirse el lujo de seguir acaparando fracasos, aunque para evitarlo tendrá que solucionar dos problemas de distinto tamaño. La primera obligación será cerrar de nuevo la puerta y recuperar el nivel defensivo de las primeras jornadas, que convirtió al equipo en uno de los más seguros del torneo.