Más de 5.000 personas abarrotaron ayer las gradas del Pabellón Menorca para asistir al partido entre Rafael Nadal y Carlos Moyà como homenaje al director técnico de la escuela de tecnificación balear de tenis, Joan Bosch, que fue entrenador del jugador palmesano hasta el presente año. El número dos del mundo se alzó con la victoria (7-5, 4-6 y 7-5) en la muerte súbita de un partido que estaba previsto a dos mangas y un tie break de desempate.
Tras una jornada en la que los dos tenistas fueron recibidos en el Ajuntament de Ciutadella junto a Joan Bosch, el Pabellón Menorca se vistió de gala para un partido al que le precedieron unos emotivos actos protocolarios. El presidente del Menorca Bàsquet, José Luis Sintes, hizo entrega de una camiseta a cada uno de los protagonistas con el dorsal correspondiente a su edad, por lo que Nadal recibió una camiseta con el 20, Moyà una con el número 30 y Joan Bosch otra con el dorsal 31. Además, el máximo responsable del club menorquín les entregó sendos carnés de socios de honor.
El partido respondió a las expectativas, aunque algunos detalles se le escaparon a la organización, entre ellos, las constantes rectificaciones del marcador. También Moyà tuvo que pedir silencio en alguna ocasión a un público que no cesó de animar, pero el espectáculo no decepcionó y, además, se donaron 3.000 euros de la recaudación a la Asociación de Lucha contra el cáncer.