La familia futbolística de la Isla recuperó anoche sus mejores galas para celebrar por todo lo alto la tercera edición de la gran fiesta del fútbol mallorquín. Clubes, directivos, árbitros y deportistas se reunieron en el Castell de Bellver para clausurar oficialmente la temporada 2005-06 y rendir un merecido homenaje a los personajes más representativos del curso anterior. En esta ocasión, el reconocimiento principal fue para David Castedo y Pep Lluís Martí, dos de los héroes de Eindhoven, que recibieron la bota de oro después de conquistar hace sólo unos meses la Copa de la UEFA y la Supercopa de Europa con el Sevilla.
La velada más especial del fútbol mallorquín reunió a medio millar de personas en uno de los enclaves más característicos de Ciutat. Y no faltó casi nadie. La alcaldesa de Palma, Catalina Cirer y el presidente de la Federació de Fútbol de les Illes Balears (FFIB), Miquel Bestard, ejercieron de anfitriones y le dieron la bienvenida a los asistentes en compañía de una completa representación institucional. Además, los principales clubes de la Isla se volcaron con el evento y el colorido fue notable.
Toni Fuster y Jaume Mir fueron los conductores de una ceremonia breve e intensa en la que se premió el esfuerzo de todos aquellos que con su trabajo contribuyen al buen funcionamiento del engranaje deportivo de cada fin de semana. Por eso, además de la trayectoria de Castedo y Martí, se homenajearon también las internacionalidades de Isabel Calero, Xisco Campins, Víctor Casadesús, Pablo Cendrós, Martí Crespí, Francisco Fornés, Dani González, Melisa Nicolau, Juan Oller y Dani Pascual, más las de los ausentes Sergi García, Patricia Mascaró, Miquel Àngel Moyà, Emilio Nsue y Xisco Servera.