Vicenç Grande es ya uno de los accionistas con mayor poder de la Liga española. El promotor inmobiliario, que tras la reciente operación acordeón controla casi el ochenta por ciento del accionariado del Real Mallorca, es además uno de los pocos dirigentes que ocupa también la poltrona presidencial y encabeza uno de los consejos de administración más transparentes de todo el fútbol nacional.
Valencia. El club de la capital del Turia es, a nivel social. uno de los más inestables de todo el campeonato y en la actualidad está en manos de la familia Soler, que desde hace tres temporadas dirige los destinos de la entidad a través del constructor Juan Bautista Soler. El equipo levantino, que maneja un presupuesto galáctico -supera con creces los 120 millones de euros-, es uno de los más poderosos del panorama europeo.
Villarreal. El empresario Fernando Roig es el propietario del Villarreal y uno de los grandes artífices del espectacular crecimiento de la sociedad anónima castellonense. Cuenta con un paquete accionarial del noventa por ciento y sus planes de futuro son sorprendentemente ambiciosos. Quiere invertir casi 250 millones de euros en el equipo a lo largo de las próximas cinco temporadas. Su fiel escudero es su consejero delegado, José Manuel Llaneza.
Levante. La gestión del conjunto granota recae sobre un consejo de administración liderado por Pedro Villarroel (presidente) y Àngel Rubio (vicepresidente segundo), que manejan el setenta por ciento de las acciones azulgranas a través de la empresa de gestión de servicios Cofiser. Julio Romero cumple con las funciones de consejero delegado y aunque se trata del club modesto sus perspectivas son muy amplias. Si se mantiene en Primera intentará duplicar su presupuesto.