Fernando Fernández
La XXVIIª Pujada al Puig Major-Memorial Pedro Carriqui pasará a la historia como la edición más movida de la prueba automovilística más importante del calendario mallorquín. Después de que la Federación Balear denegara la autorización para poder llevarla a cabo a su habitual organizador, la Escudería Serra de Tramuntana, el organismo optó por hacerse cargo de la puesta en marcha del evento de las cuatro ruedas por antonomasia. El argumento esgrimido por la FBA era una deuda existente hacia la misma por parte de la Serra de Tramuntana, además de una petición de aplazamiento de la prueba solicitado por parte de la Escudería a finales del pasado mes de agosto. Las fechas previstas para que los vehículos invadieran el asfalto del Puig Major eran los días 23 y 24 de septiembre. La Balear optó por organizar la carrera, con el apoyo del Ajuntament de Sóller y varias firmas.
Pero los acontecimientos dieron en la jornada de ayer un vuelo radical que dejará, al menos por este fin de semana, a miles de aficionados sin poder disfrutar de un acontecimiento social y deportivo que era tema de conversación. Y es que la reunión mantenida ayer entre el director general d'Esports, el presidente de la FBA, Massimo Biella y el máximo responsable de la Escudería Serra de Tramuntana, Alberto Frau, no hizo otra cosa que agrandar la leyenda negra que envuelve a este deporte en nuestra Comunidad a lo largo de los últimos tiempos y añadir un nuevo problema.
Y es que la Direcció General d'Esports, a través de su principal responsable, hizo saber a la FBA y la Escudería Serra de Tramuntana que no se otorgarían las licencias necesarias por parte de la Conselleria d'Interior para poder llevar a cabo la Pujada al Puig Major, prueba puntuable para el Campeonato de Balears de Montaña de la temporada 2006. Por ello, se optó, salvo grandes cambios, por desistir en la organización de la carrera, al menos por este fin de semana y de la mano de la Federación Balear de Automovilismo. A todo ello se ha unido la baja inscripción existente -apenas alcanzaba el medio centenar de vehículos- y la escasa respuesta por parte de las escuderías, en gran manera en solidaridad algunas de ellas con la Serra de Tramuntana, histórica organizadora de la Pujada. Esta mezcla de condicionantes privarán este fin de semana a los buenos aficionados al motor de disfrutar de uno de los eventos deportivos con mayor aceptación de todo Balears. Ante ello, la FBA deberá solicitar la anulación de los permisos y patrocinios fijados para la prueba.