Santiago Aparicio|BADAJOZ
La selección española emprende el rumbo hacia la Eurocopa de Suiza y Austria 2008 alentada por el papel de comparsa que adorna al combinado de Liechtenstein, ideal para olvidar el sinsabor heredado tras la participación en el Mundial de Alemania 2006 y con el objetivo de iniciar con rotundidad el camino hacia un nuevo gran torneo.
España irrumpe de nuevo en la competición tras la salida del Campeonato del Mundo. Y Luis Aragonés se reencuentra con un compromiso oficial previo paso por el amistoso de Reikiavik, el pasado 15 de agosto, frente a Islandia, que no sirvió para desvestir al combinado de una imagen gris.
Por ello, la posibilidad de conectar de nuevo con la afición es una misión añadida al triunfo. El masivo apoyo y la identificación de los seguidores con el equipo nacional en el pasado Mundial es una sensación que el fútbol español quiere prolongar. Consciente del tirón de la selección.