Fernando Fernández
Treinta años. Tres décadas sin un triunfo del ciclismo mallorquín en la Vuelta a España es demasiado tiempo para una tierra que ha aportado nombres ilustres a la ronda nacional de tres semanas. La sequía en las grandes la liquidó Joan Horrach con su reciente victoria en el Giro de Italia, pero la Vuelta sigue siendo una cuenta pendiente. El propio corredor de Deià tiene en su mano la posibilidad de romper esta dinámica, pero la historia nos hace remontarnos a la edición de 1976 para encontrar el último precedente de un balear victorioso en la Vuelta. Y se trata de uno de los últimos clásicos del pelotón. Antoni Vallori salió de Caimari para comerse el mundo y logró en la undécima etapa de aquella edición un logro que aún perdura en los anales del deporte del pedal. La etapa que unió Cambrils y Barcelona, con un final exigente y las rampas de Montjuïc como testigos, estuvo plagada de anécdotas, pero al final, Vallori pudo incluir su nombre en el libro de honor de la prueba. Llegó a ser duodécimo en la general, pero su victoria de etapa quedará para los anales.
Profesional entre 1974 y 1977, Vallori militó en escuadras como La Casera, Súper Ser -donde coincidió con el legendario Luis Ocaña- o Novostil-Transmallorca, con la que compitió en 1976 en la Vuelta a las órdenes de Rafa Carrasco. Una lesión de rodilla le obligó a colgar la bicicleta, pero antes tuvo también la ocasion de tomar la salida en el Tour de Francia o ganar la Vuelta a Cantabria del 74, además de lograr títulos nacionales y territoriales de ruta y pista. La cronología de la última gesta mallorquina está cargada de anécdotas. La primera, la premonición que el propio Vallori tuvo la noche anterior, cuando confesó a su compañero de habitación que podía ser su día. Pidió a su mecánico un desarrollo ganador y aprovechó las circunstancias de la carrera. Y es que en la etapa anterior, el ciclista de Caimari había quedado cortado, perdiendo bastantes minutos. Así, optó por reservar fuerzas para lo que quedaba de Vuelta. El final en Barcelona era una buena ocasión para lucirse y no se cortó un pelo. Tanto, que atacó en el último avituallamiento, habiendo repuesto comida y bebida suficiente para aguantar el esfuerzo. «Cuando me di cuenta, tenía cuatro minutos de ventaja», explicaba Vallori, que vio la oportunidad de su vida y no quería dejarla pasar.
No iba a ser fácil. La lluvia arreciaba y un paso a nivel le obligó a detenerse. El pelotón ganaba margen y quedaba lo peor: las rampas de Montjuïc. Rafa Carrasco se desesperaba en el coche y Vallori pisó el acelerador hasta cruzar la meta en solitario. Una imagen que Joan Horrach espera poder repetir a lo largo de las 21 etapa que se nos avecinan. Alejandro Valverde y Oscar Pereiro, líderes del Illes Balears, reconocieron encontrarse «en buena sintonía» para compartir los galones y ayudarse en lo necesario «hasta que la carretera decida» el papel final de cada uno. Pereiro, virtual vencedor del Tour de Francia, llega a la Vuelta a cumplir con el «principal objetivo del año y dispuesto a liderar el equipo», a pesar de la presencia del número uno de la formación de Eusebio Unzúe, Alejandro Valverde.