TSV Siegsdorf | 0 |
Real Mallorca | 15 |
TSV SIEGSDORF: Popp, Gastager, Mayer, Lorenz, Knerr, Mader, Germann, König, Groys, Wurz, y Fernsebner.
REAL MALLORCA: Prats, Varela, Ramis, Nunes, Dorado, Doni, Jordi López, Rafita, Tuni, Víctor y Delibasic.
También jugaron: Juanjo, Pablo Cendrós, Ballesteros, Miguel Àngel, Fernando Navarro, Basinas, Pereyra, Jonás, Arango, Pisculichi, Maxi López y Ernesto.
Àrbitro: Lanshut Hartmair. Sin amonestaciones.
Goles:
0-1. Minuto 6, Delibasic. 0-2, minuto 22, Víctor. 0-3, minuto 25, Ramis. 0-4, minuto 30, Doni, de penalti.0-5, minuto 32, Víctor. 0-6, minuto 37, Doni. 0-7, minuto 52, Jonás. 0-8, minuto 53, Maxi López. 0-9, minuto 57, Basinas. 0-10, minuto 68, Mader en propia puerta. 0-11, minuto 70, Maxi López. 0-12, minuto 72, Jonás. 0-13, minuto 82, Ernesto. 0-14, minuto 84, Pereyra y 0-15, minuto 89, Basinas.
Carlos Román|KÖSSEN
El Mallorca se subió al escenario de la pretemporada en una función fantasma. El equipo bermellón tenía previsto medir su estado de forma en un bolo diseñado para tomar las primeras referencias del stage, pero todo se redujo a una pachanga, un entrenamiento con público del que Manzano no podrá extraer una sola conclusión. El TSV Siegsdorf, un pequeño conjunto alemán de una categoría equivalente a la tercera división, no tuvo fuerzas ni para pasar del medio campo y se limitó a encajar uno tras otro los golpes que le iba propinando el cuadro rojinegro.
Lo único rescatable de este raquítico estreno fue el bautismo de las nuevas adquisiciones, que maravillaron con su catálogo de variedades, y el incesante aluvión de tantos, que al menos mantuvo entretenidos a los escasos aficionados que se atrevieron a acudir al Sportplatz de la ciudad germana. Manzano compuso el primer once del verano tras meter en la batidora a veteranos y recién llegados.
El jienense no se fijó demasiado en el esqueleto sobre el que trabajó la temporada pasada y le dio la alternativa de inicio a jugadores como Varela, Dorado, Jordi López, Delibasic o Rafita, que acarreó con el rol de interior derecho del equipo. Aunque era evidente que la cita estaba claramente desequilibrada, el comienzo del encuentro resultó devastador para los locales, que se atrincheraron delante de su portero como si fueran un equipo de balonmano, pero sin oponer la más mínima resistencia.