F.Fernández
Han tenido que pasar más de dos décadas para que uno de los clásicos del fútbol de ca nostra vuelva a sentirse importante dentro del grupo balear de Tercera División. Buena parte de la historia del balompié insular pasa por Santa Margalida y recuperar el tiempo perdido es una de las consignas que la directiva encabezada por Joan Mas persigue. Ellos tomaron el relevo de un equipo de trabajo que llevó al Margaritense a hacer suyo el lugar que jamás debió perder tras un largo tránsito por el desierto de las categorías regionales, de las que salió por la puerta grande para iniciar una nueva etapa que promete emociones fuertes. La campaña del retorno a la élite del fútbol balear tuvo de todo. Cambios en el banquillo, fichajes de invierno, nervios... Pero al final, la permanencia premió todos los esfuerzos y sinsabores que se quieren dejar para la memoria colectiva de una hinchada y una localidad que vuelve a vibrar con el Margaritense.
Pero esta nueva etapa en la dilatada historia del Margaritense «no tiene que ser cosa de una temporada y nada más», prosigue Mas, quien recuerda que se ha mantenido una base respecto al pasado curso con hombres como Aitor, Nelo o De la Cruz, además de dar cancha a los más jóvenes, caso de los sub'23 Di Bella o Pedro García. Pese a lo deslumbrante del nuevo proyecto, el prespupuesto del club sólo será un diez por ciento más alto que el pasado año. «La diferencia radica en que tendremos una plantilla más amplia y la experiencia de la pasada temporada. Podemos ser ambiciosos y queremos serlo», admite Joan Mas, quien no esconde las cartas ganadoras de un Margaritense que ha echado el resto para ser un equipo importante en Tercera y soñar con la Segunda B «en la medida de nuestras posibilidades». Un reto que ha involucrado a una población que quiere presumir otra vez de su equipo, por historia, uno de los grandes, aunque sobre el césped quieren demostrar que van muy en serio.